El conflicto sirio mantiene un constante enfrentamiento armado.
EFEBEIRUT.- Rebeldes sirios pidieron este jueves ayuda militar y médica en la ciudad fronteriza de Qusair, diciendo que no podían evacuar a cientos de heridos debido a un ataque de las fuerzas del Gobierno respaldadas por combatientes de la guerrilla libanesa Hezbollah.
El presidente Bashar al-Assad lanzó una ofensiva para capturar Qusair hace dos semanas, en lo que muchos ven como un intento para consolidar su control del territorio desde la capital Damasco hasta el corazón de su comunidad alauí en la costa del Mediterráneo.
"Tenemos 700 personas heridas en Qusair y 100 de ellas están recibiendo oxígeno. La ciudad está rodeada y no hay forma de traer ayuda médica", dijo Malek Ammar, un activista de la oposición en la localidad asediada.
Los rebeldes en Qusair pidieron ayuda utilizando redes sociales, diciendo que la ciudad cercana a la frontera entre Siria y Líbano -que se extiende sobre líneas de suministro críticas para ambas partes en la guerra civil siria- podría ser devastada.
"Si todos los frentes rebeldes no se movilizan para detener este crimen liderado por Hezbollah y el Ejército de perros traidores de Assad (...) pronto estaremos diciendo que alguna vez existió una ciudad llamada Qusair", indicó el comunicado.
El conflicto sirio de dos años comenzó como un movimiento de protesta pacífico pero evolucionó hacia una insurrección armada después de una violenta represión de los manifestantes.
Más de 80.000 personas murieron y la violencia está generando ahora tensiones sectarias y políticas en países vecinos.
Se cree que el grupo chií Hezbollah está destinando cientos de combatientes, muchos de ellos con experiencia de combate en una guerra con Israel en el 2006, para ayudar a su aliado Assad a asegurar el control de Qusair.
Combatientes en Qusair dijeron que estaban escuchando al menos 50 proyectiles por hora. Hezbollah y fuerzas del Gobierno sirio parecían estar avanzando más rápido luego de tomar el miércoles la base aérea cercana de Dabaa.
El combate de Qusair ha intensificado las tensiones sectarias. Los rebeldes pertenecen mayormente a la mayoría suní siria mientras que las minorías han apoyado a Assad, quien proviene de la secta alauí, una rama de los chiíes.
Unidades rebeldes de distintas partes de Siria han dicho durante días que han enviado combatientes para apoyar a la oposición en Qusair, pero los rebeldes dentro de la ciudad dicen que esos refuerzos no han logrado llegar.
Videos de YouTube publicados por varias unidades sugieren que algunas brigadas han llegado hasta las afueras de Qusair, una ciudad de 30.000 habitantes, pero no han podido avanzar.
Ahmad Bakar, un médico de un hospital cercano a Qusair, publicó en Facebook un pedido de ayuda a los rebeldes.
"Necesitamos intervención inmediata de batallones externos. Juro por Dios que no nos han llegado suministros y necesitamos que se abra una ruta para evacuar a los heridos y a los civiles", sostuvo.
Se estima que miles de civiles han dejado Qusair antes de que la ofensiva comenzara, cuando las fuerzas de Assad distribuyeron panfletos desde un avión avisando que estarían atacando la ciudad.
Algunos activistas dicen que la población civil de Qusair era de unas 20.000 personas cuando la ofensiva comenzó.