Los grupos yihadistas que se apoderaron de Timbuctú se embarcaron en una campaña de destrucción de elementos que consideraban ''contrarios al Islam''.
APNUEVA YORK.- La acción de los rebeldes islamistas que ocuparon el norte de Mali y se apoderaron de históricas ciudades como Timbuctú y Gao causó graves e irreparables daños al patrimonio cultural de ese país que han sido mayores a los que se esperaban.
Así lo confirmaron expertos de la misión internacional que recorrió esa nación africana para evaluar las consecuencias del conflicto.
Según la comisión, que fue apoyada por la ONU y países europeos, más de 4.000 manuscritos fueron destruidos, muchos por el fuego, y gran cantidad de mezquitas y mausoleos fueron incendiados o dañados.
Muchos de los bienes convertidos en cenizas eran únicos y formaban parte irreemplazable del patrimonio cultural mundial. Entre ellos se contaban testimonios de la refinada cultura que se desarrolló en los centros urbanos creados alrededor del comercio caravanero a través del Sahara.
La restauración de los monumentos y antigüedades dañadas costará al menos 11 millones de dólares, indicaron los especialistas.
La estimación de los daños fue el primer paso del grupo de expertos, tras lo cual comenzarán las tareas de restauración de lo que pueda recuperarse.
Mali enfrentó cruentos enfrentamientos armados entre grupos islamistas armados que se apoderaron del norte, luego de la rebelión encabezada por grupos autonomistas tuareg.
Mientras se generalizaban los enfrentamientos, en los que intervinieron fuerzas francesas en apoyo de las tropas gubernamentales, militantes yihadistas emprendieron una campaña de destrucción de bienes culturales que consideraban contrarios al Islam.
El conflicto derivó también en abusos contra los derechos humanos cometidos tanto por el Ejército de Mali como por los grupos rebeldes.