CIUDAD DE MÉXICO.- Arqueólogos mexicanos lograron identificar más de 400 especies animales que eran ofrendadas por los aztecas a sus deidades en el Templo Mayor de Tenochtitlan, el mayor centro religioso de esta cultura mesoamericana.
Los hallazgos fueron realizados por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, e incluyen restos de moluscos, peces, aves, reptiles y mamíferos.
El templo también era escenario de numerosos sacrificios humanos, que formaban parte de las creencias religiosas de este pueblo que encabezó un extenso imperio antes de la llegada de los europeos.
La especialista reveló que los cuerpos de varios de los animales fueron trabajados con un tipo de "taxidermia" antigua, en la que se dejaban algunos huesos para que sostuvieran y dieran forma a la piel después de la muerte del ser ofrendado.
Simbología felina y celeste
Entre las especies encontradas se cuentan cocodrilos, peces de arrecife coralino provenientes del Atlántico, serpientes, tortugas y aves como tucanes y quetzales.
También figuran grandes mamíferos provenientes de regiones tropicales, entre ellos el jaguar, que ocupaba un lugar especial en las creencias de las antiguas culturales de Centroamérica.
"Dicha fauna fue hallada en ofrendas dedicadas a los dioses Tláloc (de la lluvia) y Huitzilopochtli (de la guerra), en distintas etapas constructivas del Templo Mayor, de la IV a la VII (1440-1520)", explicó Norma Valentín Maldonado, bióloga del INAH.
Los animales y aves que eran llevados hasta el templo corresponden siempre a ejemplares exóticos, muy bellos y vistosos, con piel áspera espinosa o bien, peligrosos o venenosos, agregó.
Entre los mamíferos figuran unos seis lobos, dos jaguares, 13 pumas y un gato montés, representado por un solo hueso de su pata trasera.
"Entre los mexicas (aztecas), el puma era considerado representante del Sol por su pelaje color amarillo. Contrariamente, al jaguar se le relacionaba con la noche, al considerar su pelaje como el cielo y sus manchas como las estrellas", explicó.
El mundo superior y el inframundo
La bióloga destacó que en las ofrendas que se han encontrado en lo que era el frente del Templo Mayor sobresale la presencia de águilas reales, ibis espatulados y colibríes.
Para los mexicas, el águila real "tenía una relación directa con el Sol ya que es el ave que vuela más alto, y por tanto, se vinculaba con el dios que representa al astro: Huitzilopochtli", una de las deidades más importantes del panteón.
Dicha ave sigue siendo hasta hoy el emblema del México moderno.
Entre las especies menores se cuentan los moluscos, que están presentes con 300 especies provenientes de ambos océanos.
Los peces, en tanto, muestran 60 especies, principalmente extraídas desde arrecifes coralinos.
Según el arqueólogo Adrián Velázquez, dentro de la cultura de Tenochtitlan, las conchas, erizos, corales, moluscos y restos de peces simbolizaban el inframundo, un espacio del cosmos ubicado debajo de la superficie de la tierra que por excelencia era acuático.
El uso ritual de estas especies y su simbolismo serán expuestos a partir de este sábado 8 de junio en un ciclo de conferencias con motivo de la reciente apertura de la Sala 6 "Flora y Fauna" del Templo Mayor, adyacente a la plaza central de Ciudad de México.