GINEBRA.- En un referéndum los suizos decidirán este sábado si refrendan las modificaciones que endurecen la ley de asilo. Asimismo, la votación servirá para determinar el sufragio directo para elegir al Consejo Federal (Gobierno).
Aunque el resultado no se sabrá hasta que se abran las urnas al final de la jornada, la votación popular ya está tomada, las convocatorias de referéndum permiten a los ciudadanos votar por correo con anticipación.
Lo que podría modificar las cifras es el voto de aquellos rezagados que han decidido esperar hasta última hora para decidirse y expresar su opinión sobre las cerca de las dos iniciativas populares.
La primera propuesta fue presentada por el partido de los Verdes y varias ONG que se oponen a una ley que obstaculiza el procedimiento de solicitud y obtención del estatuto de refugiado.
El pasado septiembre el Consejo Federal (Gobierno) endureció la ley de asilo, una reforma que fue posteriormente aprobada por el Parlamento el 28 de ese mes y entró en vigor al día siguiente.
No obstante los esfuerzos de la izquierda, todos los sondeos indican que la iniciativa será rechazada ampliamente: más de un 57% de los ciudadanos votarán en contra.
La reforma permite al Gobierno acelere los trámites y reducir el tiempo de recurso de 30 a 10 días y niega la posibilidad de que el rechazo a ejercer el servicio militar sirva como excusa para solicitar asilo, pero sobre todo modifica lo que hasta ahora era una excepción suiza en Europa: el poder presentar una solicitud en las embajadas en el Exterior.
Además, la modificación establece la creación de centros de acogida especiales para aquellos solicitantes de asilo que presenten un comportamiento "no adecuado".
Éstos argumentan que el hecho de suprimir el trámite en las embajadas obligará a muchos solicitantes a acudir a la inmigración ilegal y al pago de "coyotes" para alcanzar las fronteras suizas.
La segunda convocatoria de este domingo busca que los siete miembros del Consejo Federal, ahora elegidos por el Parlamento y que representan casi completamente todo el arco político, sean escogidos por la población cada cuatro años por sufragio directo.
La propuesta es de la UDC, el partido ultraderechista y mayoritario en el Parlamento, que ve cómo el apoyo que obtiene en las urnas no se traduce en el número de puestos que obtiene en el gobierno colegiado.
La UDC argumenta que la reforma permitirá subsanar el "déficit democrático" de un país que ejerce la democracia directa con sorprendente y efectiva asiduidad.
Los detractores de la iniciativa alegan que la reforma desestabilizaría las instituciones, y que además llevaría a la Confederación Helvética a un sistema como el estadounidense, donde aquellos que tienen más recursos financieros alcanzan el poder gracias a una mayor inversión en la campaña electoral.
No obstante, el esfuerzo de la UDC será en vano, porque según todos los sondeos la iniciativa será rechazada por más del 66% de los electores, que ya están contentos con un sistema que hace farragosa y poco ágil la toma de decisiones, pero que permite que todas las políticas aplicadas cuenten con un amplio consenso.