BEIJING.- El Gobierno chino ha anunciado la puesta en marcha de una decena de medidas contra la grave polución que padece el país, entre ellas un control más estricto en las áreas urbanas de las partículas contaminantes más peligrosas para la salud, según publican este sábado los medios locales.
En una reunión del Consejo de Estado -el Ejecutivo chino- presidida por el primer ministro, Li Keqiang, las autoridades chinas anunciaron un mayor control de las industrias más contaminantes y que consumen mayor energía.
Entre otras cosas, el Gobierno chino indicó que suprimirá el exceso de capacidad en las industrias más contaminantes, como el acero, el cemento, el hierro o el aluminio a un ritmo más acelerado que el previsto inicialmente en el plan quinquenal, y reducirá las emisiones de algunos de estos sectores en un tercio en un plazo de cuatro años, para finales de 2017.
En momentos de fuerte contaminación, los gobiernos locales deberán aplicar medidas de urgencia, como restricciones del tráfico de autmóviles o colocar límites de emisiones a las industrias contaminantes.
Se aumentarán los suministros de energías limpias, como el gas natural, y no se concederán licencias de construcción a los proyectos que no cumplan los requisitos medioambientales.
Un comunicado emitido tras la reunión declara que la contaminación del aire, uno de los mayores problemas que padece el país y que adquiere unas dimensiones cada vez mayores, es una situación que se ha ido acumulando a lo largo del tiempo, y por ello "luchar contra la contaminación del aire es un proyecto complicado y sistemático que requiere esfuerzos arduos y prolongados".
Hasta ahora, el progreso económico chino se ha producido en buena parte a expensas del medioambiente, pues las autoridades han antepuesto el rápido crecimiento, uno de los principales factores empleados para valorar su gestión, a los efectos que éste pudiera tener sobre el ecosistema.
Según el comunicado, a partir de ahora el Gobierno central responsabilizará a las autoridades locales del cumplimiento de los objetivos en la lucha contra la contaminación y se establecerá un sistema de evaluación de este cumplimiento.
Las autoridades chinas han acelerado la toma de medidas para luchar contra la contaminación después de que este enero Beijing llegara a registrar un índice de contaminación de partículas PM2,5, las más peligrosas para la salud debido a su reducido tamaño, de casi mil por metro cúbico, casi cincuenta veces más que el máximo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera aceptable.