Fuego en las calles de Sao Paulo.
Reuters
BRASILIA.- El Gobierno brasileño informó que enviará tropas de la Fuerza Nacional de Seguridad a cinco de las ciudades que son sede de la Copa Confederaciones para reforzar el orden público, en medio de las protestas que vienen sacudiendo al país desde la semana pasada.
El Ministerio de Justicia informó en un comunicado que los refuerzos policiales serán enviados a los estados que los solicitaron y que el tiempo de permanencia de las tropas dependerá de lo que decida cada gobierno regional.
Según el comunicado, los refuerzos fueron requeridos por los gobiernos regionales de Río de Janeiro, Minas Gerais, Bahía, Ceará y el distrito federal de Brasilia.
Las capitales de estos estados (Río de Janeiro, Belo Horizonte, Salvador, Fortaleza y Brasilia) son cinco de las seis sedes de la Copa Confederaciones. La única sede que no solicitó refuerzos fue Recife.
La Fuerza Nacional de Seguridad, vinculada al Ministerio de Justicia, es un grupo de policías de elite de todo el país entrenado para realizar operaciones especiales en ciudades con brotes de violencia o en regiones de conflicto o para reforzar la seguridad en estados que lo soliciten.
El Ministerio de Justicia informó que el envío de refuerzos estaba previsto antes de las protestas, pero no aclaró por qué las tropas tan sólo serán enviadas cuatro días después de iniciado el torneo.
Pese a que el Ministerio negó una relación entre el envío de tropas y las protestas, el gobernador de Minas Gerais, Antonio Anastasia, admitió la víspera que pidió refuerzos policiales para ayudar a contener los incidentes violentos que se han registrado en algunas manifestaciones.
Las protestas comenzaron la semana pasada en Sao Paulo, exclusivamente contra la subida de las tarifas de transporte público, pero terminaron extendiéndose a otras ciudades y revelando un descontento social oculto en todo Brasil.
Los manifestantes exigen mayores inversiones en la salud y la educación pública y critican la corrupción, el despilfarro de recursos públicos y los elevados gastos del Gobierno para organizar eventos como el Mundial de fútbol de 2014.
Las protestas congregaron el lunes a cerca de 250.000 personas en una veintena de ciudades y prosiguieron este martes en Sao Paulo con cerca de 50.000 manifestantes.
Para el jueves fueron convocadas nuevas movilizaciones en varios municipios.