Las protestas no se detienen en Brasil.
AFP
BRASILIA/BELO HORIZONTE.- Decenas de miles de personas salieron el miércoles a las calles de Brasil en nuevas manifestantes para exigir el fin de la corrupción y mejores servicios públicos, justo un día después de que el Congreso cediera ante algunas demandas clave de las extendidas protestas.
En Belo Horizonte, cerca de 40.000 personas se congregaron para pedir mejorías en los sistemas de educación y de salud, en momentos en que el estadio Mineirao de la tercera ciudad del país era sede del triunfo de Brasil 2-1 sobre Uruguay por las semifinales de la Copa Confederaciones de fútbol, un evento previo a la Copa del Mundo 2014.
Jóvenes encapuchados lanzaron piedras a la policía, que usó gas lacrimógeno para detener a los manifestantes a unos tres kilómetros del estadio.
Un cartel que colgaba de un puente decía "FIFA vuelve a casa", en referencia a la federación que gobierna el fútbol internacional. El presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, estuvo en el partido, que no se vio interrumpido por las protestas.
Autoridades locales dijeron que un joven de 21 años resultó herido de gravedad.
En Brasilia, manifestantes patearon balones de fútbol hacia el cordón policial en dirección al Congreso en una protesta pacífica contra los miles de millones de dólares que Brasil ha invertido en construir nuevos estadios para los torneos globales.
Los manifestantes dicen que los fondos deberían haber sido empleados para mejorar los servicios públicos de salud, educación y transporte.
La policía se desplegó en la ciudad y cortó el tráfico en la explanada central de la moderna capital brasileña, donde los ministerios federales permitieron a sus empleados volver a casa temprano.
Alrededor de 2.000 personas marcharon pacíficamente en la ciudad noreste de Recife para denunciar la corrupción.