EL CAIRO.- Miles de egipcios salieron hoy a las calles del país para exigir la dimisión del Presidente islamista, Mohamed Mursi, pero también para apoyar al Mandatario, produciéndose enfrentamientos en la ciudad portuaria de Alejandría, donde una persona murió y decenas resultaron heridas.
La policía empleó gases lacrimógenos para sofocar el estallido de violencia en el barrio de Sido Gaber, mientras que los bandos enfrentados se atacaron con piedras y palos. Los Hermanos Musulmanes dijeron que 36 seguidores de esta organización islamista resultaron heridos. Médicos en Alejandría informaron que habían atendido a 22 manifestantes heridos.
Los medios locales hablaron hoy de enfrentamientos también en las norteñas provincias de Al Dakahiliya y Al Gharbiya, donde 35 personas habrían resultado heridas. El portal de noticias "youm7" informó citando al Ministerio de Sanidad que desde el miércoles cuatro personas han muerto en enfrentamientos violentos entre grupos políticos.
La gran marcha opositora está convocada para el domingo, cuando se cumple el primer aniversario de Mursi en el poder. Un movimiento de protesta quiere entregar entonces más de 20 millones de firmas de ciudadanos para exigir su dimisión y la celebración de nuevas elecciones.
Pero los manifestantes contra Mursi, que marcharon hoy por las calles de El Cairo, Al Mahalla y Alejandría, no fueron los únicos que desafiaron el calor para pedir el apoyo de la población.
Los partidos islamistas de Egipto organizaron una concentración de solidaridad con el Presidente. Según medios locales, cientos de militantes de los Hermanos Musulmanes, el partido de Mursi, se congregaron este viernes en una mezquita en Nasr City, un suburbio de El Cairo, bajo el lema "la legitimidad es la línea roja". Dentro del templo se desató una disputa con musulmanes que estaban rezando y que recriminaron a los islamistas con el argumento de que un movimiento político no puede utilizar una mezquita para sus actividades.
Esta tarde, ante la mezquita Rabea al Adawiya de El Cairo se reunieron en torno a 20.000 personas. Varios oradores acusaron a los opositores de recibir apoyo del extranjero "de Estados que no quieren nada bueno para Egipto" y destacaron que Mursi no dimitirá antes de que finalice su mandato de cuatro años.
La plaza Tahrir, el lugar habitual de reunión de los opositores a Mursi, se llenó por la tarde.
Durante la noche del jueves al viernes se habían producido nuevos enfrentamientos entre islamistas y sus adversarios. Los Hermanos Musulmanes aseguraron que un estudiante que pertenece a esta organización había sido asesinado por matones a sueldo en la ciudad de Sagasig. Un grupo de manifestantes habría incendiado una oficina de los Hermanos Musulmanes en Sagasig.
La organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional y la asociación Reporteros sin Fronteras, mientras tanto, sacaron un oscuro balance del primer año de Mursi en el poder. "En algunos campos, la situación de los derechos humanos ha empeorado en le priemr ao de Mohamed Mursi", dijo Alexia Knappman, de Amnistía Internacional. La tortura y los abusos a detenidos siguen a la orden del día y los culpables siguen sin ser castigados.
Por su parte la asociación de periodistas habló de un "año perdido para la libertad de prensa en Egipto". La nueva Constitución, sostuvo, no protege lo suficiente a los periodistas de la difamación y los ataques y según denuncian, Mursi y sus seguidores calientan lso ánimos contra los profesionales de los medios.
La oposición egipcia denunció que el gobierno de Mursi ha adoptado medidas coercitivas contra emisoras televisivas críticas con el régimen. Al propietario de la emisora CBC, Mohamed al Amin, se le prohibió viajar al exterior por supuesta evasión de impuestos. Además, la policía se habría presentado la pasado noche con una orden de arresto contra el operador del canal Al Faraein, Tawfik Okasha, en el estudio de la emisora.