SAO PAULO.- Policías y manifestantes se enfrentaron la noche del jueves en una importante autopista que conecta Sao Paulo con el sur del país, donde se levantaron barricadas que bloqueaban el tránsito, reportó la prensa local, que informó sobre algunos manifestantes heridos.
Mientras que efectivos policiales dispararon varias rondas de gases lacrimógenos y balas de goma en el centro de Rio de Janeiro, en el medio de una marcha de unas 2.500 personas convocada por las principales centrales del país,
Según la policía, había unos 1.500 manifestantes en el momento de los incidentes en la ciudad paulista.
En la acción, tuvieron que dispersarlos con gases lacrimógenos y bombas de ruido, pero la autopista Régis Bittencourt seguía con el tráfico interrumpido a lo largo de varios kilómetros. Para bloquear el paso de vehículos los manifestantes levantaron barricadas con neumáticos en llamas, que desprendían gruesas columnas de humo.
La autopista une Sao Paulo con la ciudad de Curitiba, la capital del estado de Paraná, en el sur de Brasil.
En medio de la manifestación un vehículo atropelló e hirió a dos manifestantes en una avenida paralela, quienes esperaban por atención médica de emergencia.
Según medios de prensa, una columna de unas 400 personas caminaba de manera pacífica hacia las oficinas de la televisora Globo en el sur de Sao Paulo, donde se manifestarían por la "democracia en los medios".
Mientras que en Río, un pequeño grupo de manifestantes, muchos encapuchados, se mezclaron con dirigentes sindicales, profesores y bancarios que protestaban pacíficamente y lanzaron bombas molotov y bengalas contra la policía, que respondió con gases y balas de goma mientras los trabajadores cantaban el himno nacional.
Poco antes, la policía detuvo a un hombre que rompió a pedradas un vitral de la Iglesia de la Candelaria, y lanzaron también gases para dispersar a otros manifestantes que cuestionaban su arresto.
Decenas de carreteras y accesos a puertos en Brasil fueron bloqueados el jueves y el transporte público fue paralizado en varias ciudades al llamado de sindicatos, las primeras protestas desde las históricas manifestaciones de junio pero que solo lograron convocar a pocos miles de personas.
Las cinco principales centrales sindicales de Brasil, que manifiestan juntas por primera vez, reclaman la reducción de la jornada laboral y retoman varias de las reivindicaciones de las masivas manifestaciones apartidarias y sin filiación sindical del mes pasado, como un transporte público de calidad y más inversiones en salud y educación.