Hans-Peter Friedrich.
AP (archivo)BERLÍN.- El ministro del Interior de Alemania, Hans-Peter Friedrich, expondrá hoy ante el órgano de control parlamentario de ese país europeo las conclusiones que dejó su viaje a Estados Unidos, centrado en el presunto espionaje masivo orquestado desde ese país.
La declaración del secretario de Estado se produce en medio de crecientes acusaciones de la oposición, que denuncian una supuesta connivencia entre Washington y Berlín en torno al polémico asunto.
Friedrich se comprometió a explicar ante ese órgano, cuyas sesiones se efectúan a puertas cerradas y bajo compromiso de confidencialidad, los detalles de los contactos que mantuvo la semana pasada en Washington, a propósito del programa PRISM revelado por el ex contratista de inteligencia Edward Snowden.
El objetivo de la gira fue esclarecer "qué está almacenando la Agencia Nacional de Seguridad (NSA)", explicó Friedrich, en declaraciones recogidas por la televisión pública germana ARD.
La autoridad admitió que el análisis y las evaluaciones del material sobre el programa de espionaje puede demorar meses.
Supuesta cortina de humo
El órgano de control parlamentario es presidido por el socialdemócrata Thomas Oppermann, quien desde ya calificó como un "desastre" el viaje de Friedrich.
Al mismo tiempo, motejó la gira como una "cortina de humo" destinada a acallar las dudas en Alemania sobre el escándalo del espionaje.
El gobierno alemán dijo ayer que cree "normal" que sus servicios secretos cooperen "puntualmente" con los de EE.UU., y recordó que este tipo de cooperación es "habitual" desde hace décadas, entre países aliados.
Desde la oposición responsabilizan a la canciller, Angela Merkel,de haber vulnerado el mandato de proteger los derechos de sus conciudadanos, mientras sigue el alud de informaciones periodísticas sobre la presunta complicidad del espionaje alemán y estadounidense.
El diario "Bild" informó el lunes que los servicios secretos de exterior germanos (BND), cuya coordinación compete directamente a Cancillería, conocían desde hacía años la capacidad de los estadounidenses para interceptar comunicaciones en todo el mundo y recurrieron a ellos en repetidas ocasiones.
La revelación contradice las declaraciones del Ejecutivo alemán, que habían negado conocer el programa PRISM.