SEÚL.- Corea del Norte y Corea del Sur no lograron alcanzar hoy un acuerdo en su cuarta reunión orientada a reabrir el complejo industrial de Kaesong, por lo que citaron a una nueva reunión para el próximo lunes.
Después de varias rondas de conversaciones durante esta jornada en la ciudad fronteriza norcoreana de Kaesong, "tampoco hemos logrado hoy un acuerdo, por lo que habrá una quinta reunión el día 22", indicó una representante del Ministerio de Unificación en Seúl.
Los delegados de Norte y Sur tampoco lograron superar sus diferencias en las tres reuniones anteriores, que concluyeron sin avances los pasados días 6, 10 y 15 de julio.
Al igual que en su anterior encuentro mantenido dos días antes, el Sur planteó hoy al Norte tres exigencias, la primera de ellas que establezca medidas de salvaguarda que prevengan un nuevo cierre unilateral como el producido el pasado abril en plena etapa de tensión, según la portavoz del Ministerio.
Las otras dos condiciones de Seúl para reabrir Kaesong son la creación de un marco institucional para proteger a las empresas e internacionalizar el complejo con el fin de que puedan hacer negocios compañías de otros países, lo que otorgaría mayores garantías a los empresarios.
Por su lado, Corea del Norte se limitó una vez más a exigir la reapertura del parque industrial cuanto antes y sin condiciones previas, añadió la portavoz del Ministerio de Unificación del Sur.
Al permanecer invariables las respectivas posturas de ambas partes, prevalece la incertidumbre sobre si será posible llegar a un acuerdo a corto o medio plazo que permita reabrir el complejo, cuya clausura el 9 de abril ha provocado pérdidas por valor de más de 900 millones de dólares a las empresas del Sur.
Por su parte, Corea del Norte no ha publicado datos sobre los perjuicios económicos del cierre, aunque expertos señalan que el polígono industrial conjunto reportaba importantes beneficios a este país que permanece en constante crisis desde los años 90.
El complejo industrial de Kaesong, que funcionó de manera casi ininterrumpida desde su apertura en 2005 hasta su cierre, albergaba 123 empresas de Corea del Sur, que fabricaban productos aprovechando la barata mano de obra de unos 54.000 trabajadores norcoreanos.