TRAPPES.- Cinco personas resultaron heridas y otras seis fueron detenidas en una aparente protesta por el cumplimiento de la prohibición del Gobierno francés de portar el velo islámico que cubre el rostro, donde unas 250 personas arrojaron proyectiles en un enfrentamiento con la policía, que respondió lanzando gases lacrimógenos al oeste de París.
Según informaron las autoridades este sábado la violencia se desató después de que un grupo de entre 200 y 250 personas se congregó en protesta por la detención de un hombre cuya esposa fue multada el jueves por cubrirse el rostro con un velo. El hombre intentó estrangular al policía que escribía la multa, según el fiscal.
El ministro del Interior pidió calma y diálogo, insistiendo en la necesidad de mantener el orden público y el respeto a los musulmanes franceses. El incidente de este viernes por la noche en el poblado de Trappes refleja las tensiones esporádicas entre la policía que hace cumplir las estrictas políticas francesas del secularismo y los que acusan a las autoridades de discriminar a la segunda religión más numerosa del país.
Algunos contenedores de basura fueron incendiados y un cobertizo de autobús fue destrozado durante los disturbios en Trappes. Cápsulas gastadas de gas lacrimógeno quedaron tiradas el sábado sobre la carretera cercana a la comisaría policial.
Un muchacho de 14 años sufrió una grave herida en un ojo causada por un proyectil de procedencia desconocida, dijo a los periodistas el fiscal Vincent Lesclous. Cuatro policías resultaron heridos y seis personas fueron detenidas en el choque, dijo un funcionario de la policía regional.
Desde 2011, Francia prohibió la cobertura del rostro por el velo islámico. Los partidarios de la medida —que goza de un amplio respaldo público en todas las tendencias políticas— sostienen que el velo oprime a las mujeres y contradice los principios de Francia de secularismo, consagrados por la Constitución. Además de multas pequeñas o clases de ciudadanía para mujeres que portan el velo, la ley incluye una sanción económica de 30.000 euros (39.370 dólares) a todo aquel que obligue a una mujer a llevar el velo.