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Santiago: Jueves 21 de noviembre del 2024 | Actualizado 13:09
Los seguidores del depuesto Presidente Mursi no responderán a llamados de reconciliación hasta que se restablezca ''el régimen legítimo''.
EFE/ArchivoEL CAIRO.- Los islamistas egipcios rechazaron hoy participar en un proceso de reconciliación nacional, tras los llamamientos hechos en las últimas horas por el primer ministro, Hazem el Beblaui, y el Gobierno, a los que calificaron de "ilegítimos".
El portavoz de la islamista Coalición Nacional para la Defensa de la Legitimidad, Ahmed al Mashar, dijo que los seguidores del depuesto Presidente Mohamed Mursi no responderán a esos llamamientos hasta que se restablezca "el régimen legítimo".
"Es temprano aún para hablar de reconciliación nacional, ya que primero hay que recuperar el régimen legítimo, y ni el gobierno actual ni su primer ministro lo son", afirmó Al Mashar, cuya formación está integrada por varios grupos islamistas, entre ellos los Hermanos Musulmanes.
El nuevo Ejecutivo egipcio se comprometió hoy a seguir adelante con los esfuerzos para lograr una reconciliación nacional, sin excluir a nadie, en la primera reunión que mantuvo tras su formación esta semana, mientras que ayer Beblaui consideró que el consenso es necesario para que el gabinete de transición tenga éxito.
Los Hermanos Musulmanes, formación a la que perteneció Mursi hasta que accedió a la presidencia, difundieron hoy un comunicado en el que presentaron un plan de tres puntos para salir de la crisis actual.
Como primera medida proponen restaurar "la legitimidad constitucional, al Presidente, la Constitución y el Parlamento", en respeto a la voluntad del pueblo egipcio.
Tras esos pasos, la Hermandad sugiere que Mursi ponga en marcha una reforma de la Carta Magna, que deberá ser planteada al poder legislativo y que tendrá que ser sometida a un referéndum popular.
La tercera medida sería iniciar un diálogo nacional, que reúna a todas las fuerzas políticas, para hablar sin límite de todas las demandas de cada grupo. Lo que se acuerde sería obligatorio para todos.
Egipto vive actualmente una etapa de transición, después de que el Ejército depusiera a Mursi el 3 de julio, tras la celebración el 30 de junio de protestas multitudinarias que exigían elecciones presidenciales anticipadas.
