RÍO DE JANEIRO.- El Papa Francisco afirmó este jueves en la empobrecida favela de Varginha que la "pacificación" de las barriadas pobres de Rio emprendida por el Estado para arrebatar su control a narcotraficantes y milicias parapoliciales no durará si la sociedad brasileña margina a sus pobres.
"Ningún esfuerzo de 'pacificación' será duradero, ni habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora, que margina y abandona en la periferia una parte de sí misma", dijo el papa al visitar esta favela gris y plana de la zona norte de Rio, donde fue aclamado por miles de personas pese a la lluvia y el frío.
El Santo Padre, que llegó en un pequeño vehículo "Fiat", que después cambió por el papamóvil, caminó por las calles de la favela bajo la lluvia y seguido por cientos de personas, entró en una casa para saludar a sus habitantes y después se reunió con la comunidad en un campo de fútbol.
También entró en la pequeña iglesia levantada en la favela, donde bendijo el altar mayor y regaló un cáliz.
"Me gustaría hacer un llamado a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario. Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo", afirmó el Pontífice Bergoglio.
El primer Papa latinoamericano, nacido en Argentina, exhortó a todos, "según sus posibilidades y responsabilidades", a contribuir para poner fin a las injusticias sociales.
"No es la cultura del egoísmo, del individualismo, que muchas veces regula nuestra sociedad, la que construye y lleva a un mundo más habitable, sino la cultura de la solidaridad; no ver en el otro un competidor o un número, sino un hermano, subrayó.