BERLÍN.- La fiscalía de Colonia investiga cómo pudo colarse un joven en la zona militar del aeropuerto de Colonia-Bonn y entrar en uno de los aviones que utiliza el Gobierno alemán para sus desplazamientos.
Varios medios alemanes se hacen eco hoy del hecho que ocurrió el pasado jueves, sin ofrecer demasiadas explicaciones sobre el grave fallo de seguridad que permitió que el hombre, de 24 años, llegara a subirse a una aeronave militar.
Según el diario "Kölnischen Rundschau", que cita informaciones de la fiscalía, el joven, bajo los efectos de las drogas, llegó a las pistas, subió a uno de los aviones aparcados, un Airbus 319, y entró en la cabina del piloto.
El sujeto, que se encuentra bajo custodia policial, llegó a intentar arrancar la aeronave, momento en el que pulsó por error el transmisor de localización de emergencia, que envía una señal vía satélite a la torre de control y a otros aviones para indicar dónde se encuentra el aparato si surgen problemas.
Al parecer el hombre se atrincheró en la cabina del piloto durante dos horas hasta que la policía logró sacarlo.
La Fiscalía de Colonia podría acusar al joven de poner en peligro la seguridad del tráfico aéreo, allanamiento y daños materiales.
El Ejército del aire alemán dispone de dos Airbus 319 acondicionados especialmente para el uso de los miembros del Gobierno de la canciller, Angela Merkel, que también viaja en esos aparatos.
Aunque en 2001 se completó el traslado del Gobierno alemán desde Bonn a Berlín, proceso que comenzó con la reunificación del país, los aviones del Ejecutivo germano siguen estacionados en el aeropuerto de Colonia-Bonn.
A la espera de que se construya un terminal militar en el aeropuerto berlinés de Schoenefeld, los aparatos de la fuerza aérea recorren vacíos en numerosas ocasiones cada año el trayecto entre Bonn y Berlín, donde embarcan los pasajeros gubernamentales.