El Papa Francisco escucha la pregunta de uno de los periodistas durante la rueda de prensa que brindó a bordo del avión que lo trasladó a Italia.
EFECIUDAD DEL VATICANO.- Una distendida conversación que se extendió por más de una hora sostuvo hoy el Papa Francisco con los 71 periodistas que lo acompañaban en el avión que lo llevó de regreso a Roma tras participar en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Y contestó 20 preguntas de todo tipo, incluso de las ámbitos más delicados, sin rodeos ni formalismos.
"Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticarlo? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy linda esto. Dice que no se deben marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad", afirmó el Pontífice sorprendiendo a todos los presentes.
El Papa aseguró que el problema no es tener esa tendencia sexual, sino el lobby gay que operaría dentro del Vaticano. "Hay que distinguir entre el hecho de ser gay del hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno", explicó.
Además, respaldó a Battista Ricca, el monseñor que designó en un cargo clave del Instituto para las Obras de Religión (IOR) y que fue acusado por el semanario LEspresso de mantener turbias relaciones homosexuales.
"He hecho lo que el derecho canónico manda hacer, que es la investigación previa. Y esta investigación no dice nada de lo que se ha publicado. No hemos encontrado nada. Pero yo querría agregar una cosa: muchas veces en la Iglesia se va a buscar los pecados de juventud y se publican. Y hablo de pecados, no delitos como los abusos de menores. Pero si una persona -laica, cura, o monja- comete un pecado y luego se arrepiente, el Señor la perdona. Y cuando el Señor perdona, olvida", declaró.
Francisco también se refirió a la reforma de la curia romana y aseguró que no ha notado "resistencia" a la reforma, pero que lo esencial es "la transparencia y la honradez".
El Pontífice se refirió a la reforma del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco del Vaticano, envuelto desde hace años en escándalos de supuesto blanqueo de dinero, y a la comisión que creó para que estudie qué hacer con él.
"Yo no sé como acabará el IOR. Algunos dicen que tal vez sea mejor (convertirlo) en un banco, otros que un fondo de ayudas y otros que hay que cerrarlo. Yo no lo sé, me fío del trabajo de las personas que están trabajando en esto", dijo.
Interrogado sobre el matrimonio gay y el aborto, dos asuntos a los que la Iglesia se opone con toda su fuerza, el Papa respondió en forma breve. "Todos ustedes conocen perfectamente la posición de la Iglesia sobre ese tema", aseveró.
Por otro lado, Jorge Bergoglio habló sobre su relación con su antecesor, Benedicto XVI, a quien comparó con un "abuelo sabio".
"Es como tener a un abuelo en casa. Él ahora vive en el Vaticano y algunos me dicen 'pero cómo se puede hacer esto, dos papas en el Vaticano, pero no te molesta, ¿él no te hace la revolución en contra?'. Todas las cosas que dicen ¿no? Pero yo encontré una frase para esto: es como tener al abuelo en casa, pero el abuelo sabio, en una familia el abuelo está en casa, es venerado, es amado, es escuchado", finalizó.