BEIJING.- China rechazó la realización de una cumbre entre el jefe de Estado y de partido Xi Jinping y el Primer Ministro conservador japonés, Shinzo Abe, asegura hoy el periódico "China Daily", que cita a un representante del Gobierno.
La fuente califica de "falsas y equivocadas" las declaraciones efectuadas por el asesor gubernamental japonés Isao Iijima, que habló de un probable encuentro.
Los dos países reclaman la soberanía sobre un archipiélago denominado Senkaku por los japoneses y Diaoyu por los chinos. La disputa es importante porque se trata de aguas donde hay mucha pesca y se cree que bajo el suelo marino hay yacimientos de materias primas.
Japón tiene que "dejar de ocultar las diferencias de opinión con palabras vacuas sobre un supuesto diálogo", aseguró el portavoz del Ministerio del Relaciones Exteriores chino, Hong Lei. Por el contrario, Tokio tiene que dar pasos concretos para mejorar las relaciones.
Las tensiones se deben a las islas, pero además China no ve con buenos ojos a Abe y su política nacionalista de derechas.
Como otro indicio de la indignación de Pekín, los medios estatales casi no recogen la visita del viceministro de Relaciones Exteriores japonés, Akitaka Saiki, que llegó el lunes a Pekín y se reunió con el ministro de Exteriores chino, Wang Yi.
El viaje de dos días es un intento de Tokio por mejorar las relaciones. Sin embargo, el "China Daily" cita un portavoz gubernamental diciendo que el viceministro acaba de ser nombrado "y que no hace más que una visita de rutina tras su designación".
Antes de abordar el vuelo que lo llevó de regreso a Tokio, el viceministro Saiki calificó en cambio el diálogo de "serio" y destacó que ambas partes quieren mantener la comunicación a través de diferentes canales, informa la agencia nipona Kyodo.
"China Daily" añade que en vista de las tensiones incluso es "poco probable" que haya un encuentro entre Xi Jinping y Shinzo Abe en la cumbre del G20 de principios de septiembre en San Petersburgo.
Las relaciones son muy tensas desde mediados del año pasado, cuando la compra por parte de Japón de algunas de las islas a propietarios privados generó una ola de protestas en China. La disputa reabre además las viejas heridas de la agresión japonesa durante la Segunda Guerra Mundial.