Wellington/BEIJING.- La mayor empresa exportadora de lácteos del mundo, la neozelandesa Fonterra, debió retirar numerosos productos tras detectarse que estaban contaminados con una bacteria que causa botulismo, una enfermedad que puede ser mortal.
La compañía aseguró hoy que el 90% de la leche de fórmula para bebés que estaba contaminada ya se encuentra fuera de circulación, y que lo que resta será retirado en las próximas 48 horas.
"Nos disculpamos ante las personas afectadas", aseguró en una conferencia de prensa en Beijing el director ejecutivo de la firma, Theo Spierings.
El 83% de la leche en polvo importada por China procede de Nueva Zelandia. Debido a ello, el escándalo causó en el gigante asiático enorme preocupación y Spierings viajó de inmediato a Beijing, donde prometió la total colaboración con las autoridades.
Fonterra ordenó el sábado el retiro mundial de productos lácteos tras descubrir que en la fabricación de mayo de 2012 se produjo una contaminación con la bacteria del botulismo (clostridium botulinum) al pasar los productos por una tubería de procesamiento contaminada.
Los clientes afectados por el escándalo de la compañía están en Australia, China, Malasia, Arabia Saudí, Tailandia y Vietnam. La contaminación afecta a una variedad de productos, como leche de fórmula infantil, leche en polvo y bebidas para deportistas.
El grupo Danone, que utilizó el suero de la leche en su fórmula para bebés Nutricia, ha retirado también sus productos en China y Nueva Zelandia.
Fonterra asegura que no ha habido reportes sobre personas enfermas a causa de la contaminación. La empresa identificó el problema por primera vez en marzo, cuando un producto dio positivo en clostridium. Spierings afirmó que no se actuó entonces porque hay cientos de variedades de la bacteria, de las que la mayoría son inofensivas.
"Había varios cientos de posibilidades", por lo que se tardó entre marzo y julio para identificarlas, añadió.
"La seguridad alimenticia es prioridad en nuestras mentes, por eso cuando nos enteramos actuamos de inmediato. Entendemos la angustia y la ansiedad porque entendemos que los padres tienen el derecho de saber que lo que le dan a sus hijos es cien por ciento seguro", añadió.
El director administrativo de la subsidiaria NZ Milk Products, Gary Romano, indicó que las autoridades chinas han impuesto una prohibición temporal de comprar productos de Fonterra, centrada en insumos que se usan para fabricar leche en polvo y otros productos.
En China el escándalo es mayúsculo porque tras el descubrimiento de la adulteración en una leche de fórmula nacional muchos padres optan por comprar productos extranjeros. En los supermercados en Hong Kong, Singapur, Australia y otros países hay veces en que los productos se agotan por la compra masiva de clientes chinos.
Los fabricantes chinos mezclaron hace cinco años melamina en la leche para bebés, y como resultado de ello murieron al menos seis niños, mientras que casi 300.000 enfermaron. Fonterra poseía entonces el 43% de la firma Sanlu Dairy, responsable de la negligencia.
"Investigaremos las informaciones y las medidas que ha tomado Fonterra", anunció el primer ministro de Nueva Zelanda, John Key.
Fonterra es una cooperativa de productores rurales con 17.300 trabajadores que produce 16.000 millones de litros de leche por año. La facturación de la empresa es de 19.800 millones de dólares neozelandeses (unos 11.600 millones de euros o 15.400 millones de dólares estadounidenses).