Los vendedores ambulantes en China son perseguidos y golpeados por los policías ''chengguan'', acusados de varios crímenes. Fue lo que aprovechó el autor del timo para simular su propio ''asesinato''.
AP (archivo)
PEKÍN.- Un vendedor de refrescos que fingió su propia muerte en China para que su familia recibiera una indemnización arruinó su propio montaje al salir de su ataúd, casi deshidratado por la intensa
ola de calor que afecta a una gran parte de ese país.
La insólita "resurrección" dejó atónitos a los familiares y amigos del supuesto muerto que habían asistido a la ceremonia.
El hecho, relatado por la agencia oficial de noticias Xinhua, ocurrió el sábado 3 de agosto en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei. Esa zona de China tiene fama de ser uno de los lugares más calurosos del país en verano, característica empeorada por las intensas temperaturas que se viven en la mitad sur del gigante asiático.
El timador, apellidado Han, simuló haber muerto tras una paliza propinada por policías locales,
los temidos "chengguan", cuerpo de vigilantes responsabilizado de golpear hasta la muerte a varios vendedores ambulantes en otras ciudades del país.
Han había sido efectivamente detenido en una de las frecuentes redadas que los policías llevan a cabo en distintas localidades para controlar la venta ambulante. Tras su aprehensión, sobornó a otros comerciantes ilegales para que testimoniaran que había muerto a manos de los agentes.
La idea era que sus "deudos" cobraran una alta compensación económica debido al supuesto asesinato.
Gran funeralPara dar más veracidad a su trama, Han fue colocado en un ataúd transportado por diez hombres que recorrió las calles de Wuhan.
Todo marchó según el plan hasta que las temperaturas en el centro de la urbe, que llegaron hasta 45°C, comenzaron a hacer efecto en el "cadáver". Cuando habían pasados unas dos horas desde el inicio de la ceremonia, a la que asistieron 300 personas y que era vigilado por 80 policías, Han salió sorpresivamente del catafalco, agarró una botella de agua y tras decir "no puedo más", se la bebió de un trago.
La ola de calor que afecta a China, la peor en los últimos 140 años, ya ha dejado al menos diez muertos reales, la mayoría adultos mayores.