WASHINGTON.- Estados Unidos calificó este sábado a los autores de los mortíferos ataques en Irak como "enemigos del Islam", en un comunicado que condenó la serie de atentados que dejaron al menos 64 personas muertas y cientos de heridos.
El Departamento de Estado dijo que los autos bomba que estallaron en varios cafés y mercados en Bagdad, así como otras explosiones y tiroteos, fueron ataques "cobardes (...) dirigidos contra familias que celebraban el Eid al Fitr", fiesta que marca el fin del Ramadán.
"Los terroristas que cometieron estos actos son enemigos del Islam y enemigos comunes de Estados Unidos, Irak y la comunidad internacional", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.
Los hechos violentos se produjeron semanas después de asaltos a prisiones cerca de Bagdad, los que lograron liberar a cientos de militantes y que fueron reivindicados por grupos simpatizantes a Al Qaida.
Psaki reiteró la recompensa de 10 millones de dólares ofrecida por Estados Unidos por el presunto líder de Al Qaida en Irak, Abu Bakr al Baghdadi, quien se cree está oculto en Siria.
"Él ha dicho ser el responsable de una serie de ataques terroristas en Irak desde 2011, y más recientemente reivindicó las operaciones contra la prisión de Abu Ghraib en las afueras de Bagdad y el ataque suicida con bomba al Ministerio de Justicia, entre otros", dijo Psaki.
La reacción del Departamento de Estado se produce una semana después de que Estados Unidos cerrara sus sedes diplomáticas en el mundo árabe ante informes de inteligencia que señalaban posibles ataques de Al Qaida.
El Departamento también resaltó que los hechos violentos del sábado suceden tras meses particularmente sangrientos en Irak.