SEÚL.- Corea del Sur exigirá este miércoles nuevamente un compromiso a Corea del Norte para que no vuelva a cerrar de manera unilateral el complejo de Kaesong, en la que podría ser la última reunión entre ambos países para reabrir el polígono tras el ultimátum dado por Seúl.
Este será el séptimo encuentro -tras seis encuentros fallidos celebrados desde julio- para negociar sobre la reapertura de Kaesong después de que Pyongyang decidiera cerrarlo en abril, y muchos temen que, de no producirse un acuerdo, pueda suponer el cierre definitivo de Kaesong.
Cada una de las delegaciones contará con tres miembros en la mesa de negociación, la cual se dispondrá en el Centro de Asistencia General del polígono, situado en territorio norcoreano, según explicaron hoy funcionarios del Ministerio de Unificación al diario Joongang.
Encabezará la legación surcoreana, Kim Ki-woong, oficial de alto rango del Ministerio de Unification, mientras que el vicedirector de la Oficina General a cargo del distrito de Kaesong, Pak Chol-su, liderará al grupo norcoreano.
A la presión que rodea a las negociaciones de hoy para alcanzar un acuerdo contribuye además el hecho de que la semana próxima se inician unos ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur, lo que previsiblemente contribuirá a empeoran el clima de entendimiento en la península.
Kaesong, donde unos 54.000 trabajadores norcoreanos fabricaban productos para 123 empresas del Sur, cerró el 8 de abril tras ocho años funcionando después de que Corea del Norte retirara a sus obreros en una intensa campaña de hostilidades contra Seúl y Washington.
Las anteriores reuniones para reabrir Kaesong fracasaron después de que Pyongyang solicitara normalizar sin condiciones la situación del polígono, único proyecto vigente entre las dos Coreas, mientras que Seúl exigió activar mecanismos que eviten que vuelva a cerrarse unilateralmente, y al margen de la situación política y diplomática.
La cita de hoy se celebra casi tres semanas después del anterior encuentro fallido, tras el que Corea del Sur amenazó a Pyongyang con ofrecerle este encuentro como "última oportunidad" para alcanzar un acuerdo.