CEBÚ.- Helicópteros y barcos buscaban este sábado a más de 200 personas desaparecidas en Filipinas tras el hundimiento de un ferry, que causó por el momento un total de 28 muertos.
El ferry "Thomas Aquinas" llevaba 870 personas a bordo cuando naufragó el viernes a las 21:00 hora local, tras colisionar con un buque de carga en aguas tranquilas cerca del puerto de Cebú, la segunda mayor ciudad del país, anunciaron las autoridades.
Hasta el momento, más de 600 personas han sido rescatadas por guardacostas y buques militares, así como por pescadores.
Los servicios de guardacostas informaron hoy que 213 personas seguían desaparecidas y 28 cuerpos habían sido recuperados, si bien advirtieron que la cifra de muertos aumentaría inevitablemente.
"No pasó mucho tiempo, unos 10 minutos, antes de que el ferry se hundiese", dijo el almirante Luis Tuason, vicecomandante de la guardia costera, a la radio DZBB.
"El capitán logró anunciar la evacuación del barco y distribuir chalecos salvavidas pero, debido a la rapidez con la que se hundió, hay grandes posibilidad de que queden personas atrapadas en el interior", añadió.
Una superviviente, Maribel Malano, de 23 años, contó a su hermano el horror que vivió al verse de pronto en las frías y oscuras aguas y emerger del caos sin su madre.
"Me dijo que había oído un ruido extraño y de pronto, el barco empezó a hundirse", dijo el hermano, Arvin Manalo.
"Se pusieron rápidamente los chalecos salvavidas y se lanzaron a las oscuras aguas. Dijo que era como si una fuerza las arrastrara hacia abajo", explicó.
"Mi hermana dijo que había empujado a nuestra madre hacia arriba, pero se separaron. Mi hermana fue rescatada. Sabe nadar, pero mi madre no". La madre, de 56 años, es uno de los desaparecidos.
En total había 58 niños entre los pasajeros del ferry, según los guardacostas, y se desconocía cuántos han sobrevivido.
El accidente se produjo a la entrada de un angosto estrecho que lleva al puerto, a una distancia de unos dos o tres kilómetros.
Buzos de la marina recorrieron este sábado el mar en lanchas en medio de balsas salvavidas de color naranja en su mayoría ya vacías, según un fotógrafo de la AFP en el lugar de los hechos.
Sin embargo dos cuerpos sin vida fueron avistados en una balsa.
Mario Chavez, un pescador que fue de los primeros en llegar al lugar del siniestro, dijo que algunas de las personas rescatadas le comentaron que "había mucha gente dentro del barco cuando se hundió... me dijeron que estaban durmiendo".
Rachel Capuno, una responsable de seguridad de la empresa propietaria del ferry, dijo a una radio local que el navío se dirigía a puerto cuando chocó frontalmente con el otro buque, que llevaba 36 tripulantes a bordo.
Tuason dijo que aunque las causas de la colisión deben ser determinadas, parece que uno de los barcos violó las reglas sobre las filas que usan los barcos cuando salen o entran del puerto.
El capitán del "Thomas Aquinas" había sido rescatado y parece que se encontraba en la fila equivocada, explicó el vicecomandante.
"Ahora está en el Servicio de Guardacostas filipino porque tenemos interrogantes que deben ser aclarados antes de empezar una investigación oficial", añadió.
Los ferries son uno de los principales medios de transporte en el archipiélago que cuenta con más de 7.100 islas, en particular para millones de personas que no tienen dinero para viajar en avión.
Los deficientes normas de seguridad, su incumplimiento y el hacinamiento suelen ser las causas más frecuentes de los accidentes.
El peor desastre de la historia del transporte marítimo en tiempos de paz se remonta a 1987 en época navideña cuando un ferry chocó contra un pequeño petrolero cerca de la capital, Manila, matando a más de 4.300 personas.
En 2008, un barco de grandes dimensiones se hundió durante un tifón cerca de la isla central de Sibuyan, que causó unos 800 muertos.