La foto de Bo fue la primera imagen del procesado en 17 meses.
AgenciasJINAN.- En medio de gran expectación local e internacional y bajo fuertes medidas de seguridad comenzó en China el juicio por corrupción contra el otrora carismático dirigente Bo Xilai, quien apareció en público por primera vez en 17 meses.
El proceso contra el ex directivo, de 64 años de edad, contiene un dossier "extremadamente complicado", admitió el juez principal, Wang Xuguang, citado en la cuenta del tribunal en el sitio de microblogging Weibo (en chino).
La expectación que ha acaparado el juicio llevó a que el sitio del tribunal, creado para la ocasión, acumule más de 150.000 seguidores en cinco horas. Se convirtió en el segundo tema más comentado en la popular red social.
Los cargos contra Bo incluyen aceptación de sobornos, importantes malversaciones de fondos públicos en beneficio propio o de su familia y abusos de poder, cometidos supuestamente entre 1999 y principios de 2012. El procedimiento podría terminar con una condena a muerte.
Entre las acusaciones se cuenta el haber recibido hasta 21,8 millones de yuanes (unos 3,5 millones de dólares) en sobornos entregados por una empresa de plástico dirigida por uno de sus cercanos, Xu Ming, y por otra firma con base en Hong Kong regida por otro empresario, Tang Xiaolin.
No obstante, en sus primeras declaraciones ante el tribunal, Bo se retractó de una declaración anterior ante la comisión investigadora del Partido Comunista de China (PCCh) y ahora negó haber aceptado dineros ilícitos de Tang.
El tribunal difundió una imagen del procesado, quien figura de pie en el banquillo de los acusados. Es su primera imagen pública en 17 meses.
Flanqueado por dos policías, Bo lleva camisa blanca y pantalón negro. Su rostro se muestra más demacrado, tiene las sienes entrecanas y está ligeramente encorvado.
Numerosos policías uniformados y cientos de curiosos se encontraban en el exterior del tribunal popular de Jinan, en la provincia oriental de Shandong, donde se realiza el juicio.
El recinto está equipado con cámaras, dos grandes pantallas de circuito cerrado y varias filas de asientos.
Un total de 110 personas fueron seleccionadas para formar parte del público, entre ellos cinco familiares del encausado, dos personas de su entorno, 19 periodistas y 84 representantes de la sociedad china.
La duración del proceso no fue precisada oficialmente, pero observadores estiman que será corto, de uno o dos días. La presa extranjera no pudo entrar en la sala de audiencia.
Los tribunales chinos actúan bajo control directo de las autoridades comunistas. Analistas creen que largas negociaciones en la cúspide del poder han permitido decidir ya el veredicto que será anunciado cuando termine el juicio.
Apoyo de partidarios
Entre el público que se agolpó en el exterior del palacio de justicia de Jinan se encontraban numerosos partidarios de Bo, quien presidió en la década pasada el vertiginoso crecimiento de la provincia de Chongqing, una ciudad-laboratorio de 33 millones de habitantes convertida en polo económico esencial en ese país.
"Te rindo homenaje", exclamó varias veces He, empleado que trabaja parte del año en Chongqing. El hombre, de unos 50 años, reveló que tomó un avión de noche para trasladarse al sitio del juicio y expresar su apoyo al ex directivo.
Añadió que no había hablado con su familia del viaje, debido a la extrema sensibilidad política del proceso.
En Weibo, en tanto, hubo también comentarios favorables al ex jerarca. "Alcalde, mucho tiempo sin verte. Has envejecido mucho", comentó un usuario bajo el seudónimo "kaibin sijitu".
Otro aludió a la "tradicional buena imagen de Bo", quien junto a su mujer eran conocidos como "los Kennedy" de China.
"Era elegante, todo el mundo hablaba de lo guapo que era. El mundo sigue igual, pero la gente no", apuntó otro usuario bajo el apodo "Buchu xiao".
"Cuando estabas en Chonqging tratabas verdaderamente bien a la gente. Lo sabemos. Es triste ver esta escena", recordó otro internauta.
No obstante, la tradicionalmente intensa censura que aplican las autoridades chinas sobre internet hizo desaparecer varios comentarios que mostraban buena voluntad contra el defenestrado ex dirigente comunista.
Estrepitosa caída
Detenido en marzo de 2012, Bo fue antes de su caída miembro de la poderosa oficina política del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh). Desde su base de poder en Chongqing trató de construir su trampolín para ascender en la jerarquía del partido.
No obstante, una serie de escándalos que comenzaron a quedar en evidencia tras la misteriosa defección de uno de sus más cercanos colaboradores, Wang Lijun, quien pidió refugio en el consulado de EE.UU. en Chengdu, en febrero de 2012.
Más tarde, en agosto la esposa de Bo, Gu Kailai, fue sentenciada a pena de muerte "suspendida" -que equivale a cadena perpetua- tras ser encontrada culpable del homicidio del ciudadano británico Neil Heywood, a quien envenenó luego de una disputa empresarial, según el proceso.
Curiosamente, varios internautas que vieron imágenes de Gu durante el procedimiento judicial dudaron que se tratara de ella y argumentaron que la procesada había sido reemplazada por una "doble".
La caída del ex ministro de Comercio, quien es hijo de una figura de la Revolución China y cultivó durante sus años en el poder una imagen ligada al "neomaoísmo" -tendencia que busca resucitar principios del fundador del régimen comunista chino, Mao Zedong-conmocionó a la clase dirigente y evidenció graves fracturas en la estructura del partido único.
El caso de Bo tuvo importante impacto en la organización en 2012 del 18º Congreso del PCCh, que renovó el equipo de dirigente de la segunda potencia económica global.