BANGKOK.- Unos 200 miembros de la Policía tailandesa buscan a 37 inmigrantes rohingya, una minoría musulmana de Birmania (Myanmar), que escaparon del centro de detención en el sur de Tailandia en el que se encontraban recluidos, informa la prensa local.
Tres de los inmigrantes han sido capturados después de que se fugaran durante la tarde del sábado del centro de detención de Klongwan, en la provincia de Phang Nga, donde hay encerrados 119 rohingya, según el Bangkok Post.
Los detenidos aprovecharon que los guardias se quedaron dormidos para saltar las verjas y esconderse en las plantaciones de caucho cercanas.
El pasado martes, Human Right Watch instó al Gobierno de Tailandia a liberar a unos 1.800 inmigrantes de la minoría rohingya de las "inhumanas e inseguras" condiciones de los centros de detención donde se hallan.
Al menos ocho personas han muerto durante su detención, mientras centenares sufren enfermedades y atrofias en su musculatura tras permanecer confinados hasta 5 meses en pequeñas jaulas, debido a la masificación de las instalaciones y las carencias de acceso a los servicios médicos y otras necesidades básicas, según denuncia HRW.
La noche anterior de la publicación del documento, unos 82 rohingyas se fugaron del centro de detención de Sadao, en la provincia de Songkhla, sumándose a los 30 inmigrantes que escaparon del mismo centro a principios de mes.
Miles de rohingya han huido de Birmania en los últimos meses, a raíz de la violencia sectaria entre esta minoría y la mayoría budista en el estado Rakhine, en el oeste del país, que en junio y octubre del año pasado causó al menos 192 muertos.
Unas 120.000 personas, en su mayoría rohingya, han sido desplazadas a campamentos de refugiados tras los disturbios en los que unas 8.614 viviendas fueron destruidas.
Los cuerpos de seguridad de Tailandia detuvieron en enero a unos 2.000 rohingyas que intentaban entrar en el país por mar o que habían caído en las redes del tráfico de personas.
Tailandia, aunque no es firmante de la convención de la ONU sobre refugiados, concedió al grupo un periodo de estancia de seis meses y los repartió en 24 centros de inmigración y en refugios familiares, mientras se tramitaba su repatriación o envío a un tercer país de acogida.
Unos 800.000 rohingya viven en Birmania, principalmente en el Estado Rakhine, aunque las autoridades del país les niegan la ciudadanía porque los consideran inmigrantes ilegales bengalíes.
Esta comunidad, considerada apátrida y una de las más perseguidas del mundo, según la ONU, también es rechazada en la vecina Bangladesh, donde unos 300.000 malviven en campos de refugiados.