JERUSALÉN.- Israel aumentó las horas y actividad en los centros de distribución de máscaras de gas, tras incrementarse la demanda entre una población cada vez más ansiosa de protegerse contra un posible ataque sirio con armas químicas tras una eventual operación de Estados Unidos contra Damasco.
Fuentes militares informaron de que el Comando de la Retaguardia del Ejército israelí amplió el periodo de apertura de los puntos de distribución de las máscaras en algunas de las principales ciudades, después de que ayer varios de los centros sufriesen una saturación y en alguno se viviesen enfados, robos y hasta situaciones de violencia.
Cientos de israelíes hacían cola desde primera hora de la mañana en todo el país, según el digital Times of Israel, que recogió las protestas de la población por las largas horas de espera en los centros de distribución y oficinas de correos, también encargadas de repartir los "kit" protectores.
El Ejército israelí insiste en que, incluso aunque se produzca un ataque militar estadounidense contra Siria, es improbable que haya una grave reacción siria contra Israel y ha pedido a la población que mantenga sus rutinas.
En Haifa, en el noreste del país, el cierre temporal de una estación de correos tras agotarse el producto provocó ayer disturbios entre los asistentes, algunos de los cuales esperaban desde hacía más de cinco horas, por lo que la Policía destacó hoy a docenas de agentes en diversos puntos de distribución para mantener el orden, informó el digital Ynet.
En la ciudad de Bersheba, en el sur, también se registraron problemas ayer y en algunas oficinas de correos se agotaron los "kit" protectores, informó la radio pública israelí.
El teléfono de emergencias puesto a disposición del público para explicar el procedimiento de renovar las máscaras registró ayer esperas de hasta cuarenta minutos.
El Servicio Postal ha abierto una página web con información de último minuto sobre los centros de distribución abiertos y los procedimientos para recoger las máscaras.
En las últimas 24 horas la Comandancia de la Retaguardia ha recibido más de 20.000 llamadas de familias que quieren saber cómo conseguir su "kit", según el diario Haaretz, que afirma que el 60 por ciento de la población israelí ya tiene la suya.
A pesar de la tensión, el pánico no ha cundido y las reservas hoteleras en el norte del país se mantienen intactas, asegura el rotativo.
El público haredí (ultraortodoxo judío) se ha quejado de que no haya máscaras de gas adaptables para los varones que tienen largas barbas (que dejan crecer por motivos religiosos), lo que consideran un "abandono" de su comunidad por parte del estado.
Los religiosos exigen que se les entreguen unas máscaras con bombas de aire, modelo que protege incluso teniendo barba pero que es mucho más caro y el Ejército reserva para los enfermos que las necesiten y los mayores de 73 años.