Cristina Fernández, Presidenta de Argentina.
AgenciasBUENOS AIRES.- El gobierno argentino anunció hoy la nacionalización de dos líneas ferroviarias, Mitre y Sarmiento, en el marco de su política de regresar a la administración del Estado la operación de los trenes.
Hace menos de un mes ya había nacionalizado las líneas ferroviarias San Martín, Roca y Belgrano Sur.
La nueva resolución publicada hoy en el Boletín Oficial dispone la transferencia al Estado de la administración y la operación de las líneas por parte de la Unidad de Gestión Operativa Mitre Sarmiento Sociedad Anónima (UGOMS).
Los servicios y la administración de obras a la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado y a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado, señala la resolución firmada por el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
No obstante, algunas obras en ejecución y obras específicas de inversión seguirán la administarción de la UGOMS, según lo defina la Operadora Ferroviaria Sociedad del Estado y la Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado.
El gobierno le había quitado anteriormente la concesión de las líneas ferroviarias suburbanas Mitre y Sarmiento a la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), tras el accidente de febrero de 2012 en la terminal ferroviaria del barrio porteño de Once que le costó la vida a 51 personas y dejó cientos de heridos.
Por otra parte, según un informe que publica hoy la prensa, los pasajeros de tren de las líneas Mitre y Sarmiento dejaron de pagar sus boletos por falta de control en las estaciones y de los guardas.
Sólo seis de cada cien pasajeros paga su ticket, afirma hoy el diario "La Nación", en base a los datos de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT).
En julio pasado en la línea Sarmiento pagaron sus boletos 654.208 personas. En cambio, en julio de 2008 y de 1998 -dos meses que tienen el récord de pasajeros transportados- fueron 10 millones de personas las que pagaron boleto, señala el matutino.
Las líneas de tren pudieron operar gracias a los millonarios subsidios estatales.
En cambio, en las líneas de ferrocarril que continúan bajo concesiones privadas, la proporción de caída de la venta de boletos es menor.