MADRID.- Cientos de bomberos respaldados por medios aéreos lograron controlar este sábado un devastador incendio forestal declarado el miércoles en la región de Galicia, en el noroeste de España, que arrasó 2.200 hectáreas, informó el gobierno regional.
"A las 18H54 (16H54 GMT) quedó controlado el incendio declarado el pasado miércoles" en la localidad coruñesa de Carnota, informó la Xunta de Galicia en un parte divulgado a última hora de la tarde, tras reducir el nivel de alerta debido a que las llamas ya no amenazaban las viviendas.
"La superficie afectada, según estimaciones provisionales que se confirmarán tras el parametrizado, se sitúa alrededor de las 2.200 hectáreas", agregó el ejecutivo regional.
Un total de 102 brigadas de bomberos, 57 agentes forestales y dos técnicos habían trabajado, junto a efectivos de la Unidad Militar de Emergencias del ejército español, para controlar las llamas con ayuda de 52 vehículos terrestres, 13 helicópteros y ocho aviones.
El fuego redujo a cenizas una zona de gran valor ecológico, explicó el alcalde de Carnota, Ramón Noceda.
"Se ha perdido toda el área de Monte Pindo, un área que queríamos que fuera parque natural, no queda ni un centímetro por quemar", explicó a la radio pública, precisando que lo accidentado de la zona dificultó las tareas de extinción.
De madrugada, el virulento fuego había cruzado un río para extenderse a la localidad vecina de Dumbría, donde medio centenar de viviendas tuvieron que ser desalojadas.
"A medianoche ha pasado por encima del río Xallas y hay unas 50 casas afectadas más o menos", explicó el alcalde de Dumbría, José Manuel Pequeño.
El sábado por la noche, los vecinos había podido regresar a sus hogares.
Este fuego es el más devastador declarado este año en Galicia, donde a finales de agosto otro fuego había quemado 1.850 hectáreas cerca de la frontera con Portugal.
Los incendios forestales son relativamente frecuentes en España en verano, a menudo favorecidos por las altas temperaturas, el viento y una vegetación seca.
No obstante, tras un invierno especialmente lluvioso, este año están siendo menos numerosos que en 2012. Así, entre el 1 de enero y el 8 de septiembre la superficie quemada ascendió a 40.521 hectáreas en todo el país, frente a las 199.967 hectáreas calcinadas en el mismo periodo del año anterior.