WASHINGTON.- Siete activistas de la comunidad inmigrante fueron arrestados hoy tras esposarse a la reja de la Casa Blanca como parte de una protesta para exigir al presidente de EE.UU., Barack Obama, que ponga freno a las deportaciones de indocumentados.
Al inicio de la protesta, los activistas portaron una enorme manta con la imagen de Obama en la que pidieron un alto a las deportaciones, y posteriormente se esposaron a la verja.
Gritando consignas como "Sí se puede!", "Obama, entiende, el pueblo se defiende", y "Ni uno más" deportado, los activistas exigieron medidas presidenciales para frenar las deportaciones, un día después de que Obama dijera en una entrevista con la cadena televisiva Telemundo que esa "no es una opción".
Con megáfono en mano, la policía lanzó tres advertencias de que los manifestantes estaban violando una ley federal y se arriesgaban a ser arrestados.
Los activistas, procedentes de estados como Arizona, Georgia, Nueva York y Luisiana, hicieron caso omiso y continuaron gritando consignas hasta que fueron arrestados y, uno a uno, trasladados a una camioneta.
La protesta, menos numerosa que en otras ocasiones, tenía el propósito de enviar el mensaje a Obama de que el único "no" que aceptarán de la Casa Blanca es el "no a las deportaciones".
El acto de "desobediencia civil" forma parte de varias acciones coordinadas de los grupos pro inmigrantes a lo largo de la jornada de hoy para exigir una reforma migratoria integral.
Se calcula que en torno a mil extranjeros clandestinos son deportados a diario de Estados Unidos, lo que ha suscitado protestas de la comunidad inmigrante en contra del Gobierno de Obama.
Pero Obama dijo la noche del martes que, más allá de suspender la deportación de ciertos estudiantes indocumentados, no puede tomar medidas unilaterales para congelar la deportación del resto de los indocumentados porque no puede "ignorar la ley" y es tarea del Congreso aprobar la reforma.
El Senado aprobó la reforma el pasado 27 de junio pero la Cámara de Representantes, bajo control republicano, aún no ha presentado su propia versión y la mayoría de los republicanos prefiere dar prioridad a la vigilancia fronteriza antes de poner en marcha un plan de legalización.