AFP
LIMA.- El ex presidente Alberto Fujimori, condenado a 25 años por violaciones a los derechos humanos, anunció su incursión en las redes sociales para compartir sus memorias, lo cual fue objetado el jueves por el ministro de Justicia, Daniel Figallo.
A través de una carta y un video enviado a los medios por sus simpatizantes, Fujimori dijo que publicará sus memorias y notas a través de cuentas en Facebook y Twitter, que serán administradas por jóvenes colaboradores.
"De este modo, podré compartir pensamientos, recuerdos e ilusiones, penas y alegrías. Ahí nos encontramos", escribió el ex gobernante, de 75 años.
Fujimori se encuentra en un centro de reclusión en la sede de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales de la Policía desde septiembre de 2007, cuando fue extraditado de Chile. En abril de 2009 fue condenado por un tribunal civil a 25 años de cárcel por dos matanzas que costaron la vida a 25 personas a manos de un escuadrón de aniquilamiento del ejército que operó clandestinamente en los primeros años de su gobierno (1990-2000).
La noticia de que Fujimori usará las redes sociales para hacer publicaciones con la ayuda de sus colaboradores, fue criticada el jueves por el ministro Figallo, quien afirmó que se tomarán las medidas necesarias para evitarlo.
"Las personas que han cometido delito y están privadas de su libertad tienen derechos limitados o sino convertimos las cárceles en unos hoteles", sostuvo Figallo en declaraciones a la prensa.
Fujimori y sus simpatizantes se las han ingeniado para hacer llegar periódicamente a los medios de comunicación cartas escritas de su puño y letra, fotografías y videos, pese a que el régimen penitenciario y de seguridad de su centro debería impedírselo.
Los detractores de Fujimori afirman que goza de una "cárcel dorada".
En octubre del año pasado, Fujimori solicitó al presidente Ollanta Humala le conceda un indulto humanitario alegando que su salud se encontraba muy deteriorada y que padecía cáncer a la lengua, pero el gobierno rechazó en junio pasado el pedido señalando que el ex presidente no sufría ninguna enfermedad terminal ni incurable, y que además no había mostrado señales de arrepentimiento.
