Mujica critica en la ONU al "dios Mercado" y califica la época actual como "revolucionaria"

NACIONES UNIDAS.- El Presidente de Uruguay, José Mujica, reivindicó hoy en su discurso ante la Asamblea de Naciones Unidas la búsqueda de "acuerdos mundiales" que defiendan la vida y acaben con la pobreza.

También lanzó duros dardos contra lo que denunció como adoración "al dios Mercado" y pidió terminar con la civilización del "despilfarro" que, según indicó, domina al globo.

"Sí, es posible un mundo con una humanidad mejor. Pero tal vez hoy la primera tarea sea salvar la vida", reflexionó el Mandatario latinoamericano, en una exposición de marcado cariz filosófico que casi rozó los 45 minutos de duración.

"Nuestra época es portentosamente revolucionaria, pero no tiene conducción consciente", declaró.

Mujica subrayó una y otra vez las consecuencias del consumismo implantado en una sociedad globalizada que no cuida del ser humano.

"Soy del sur y vengo del sur a esta Asamblea. Cargo inequívocamente con los millones de compatriotas pobres en las ciudades, en los páramos, en las sierras, en las pampas, en los socavones de la América Latina", señaló.

También hizo referencia a las denuncias sobre espionaje electrónico efectuado desde Estados Unidos, tema que también fue abordado con dureza ante el organismo internacional por su colega de Brasil, Dilma Rousseff.

"Soy del sur y cargo con la vigilancia electrónica que no hace otra cosa que sembrar desconfianza", declaró.

"Cargo con el deber de luchar por una patria para todos y para que Colombia pueda encontrar el camino de la paz. Con el deber de luchar por la tolerancia", enumeró.

Llamado a la sencillez

Mujica se lamentó de que la humanidad haya "sacrificado a los viejos dioses inmateriales" y haya ocupado "el templo con el dios Mercado".

"Pareciera que hemos nacido sólo para consumir y consumir y, cuando no podemos, cargamos con la frustración, con la pobreza y la autoexclusión", arguyó.

"Prometemos una vida de derroche y despilfarro que en el fondo constituye una cuenta regresiva. Una civilización contra la sencillez, contra la sociedad, contra todos los ciclos naturales. Pero peor, esta es una civilización contra la libertad que supone tener tiempo para vivir las relaciones humanas, lo único trascendente: amor, amistad, aventura, solidaridad, familia", añadió.

Mujica insistió, además, que "el mundo requiere a gritos leyes mundiales que respeten los logros de la ciencia", y reivindicó que a través de ella, y no de "la cúspide bancaria", habría de gobernarse el planeta.

"Continuaran las guerras y los fanatismos, hasta que tal vez la naturaleza nos llame al orden y haga inviable nuestra civilización", advirtió.

"No nos entretengamos remendando consecuencias, pensemos en las causas de fondo, en la civilización del despilfarro que tira tiempo de vida. Piensen que la vida humana es un milagro, que nada vale más que la vida. Y que nuestro deber biológico es, por encima de todas las cosas respetar la vida, impulsarla. Y entender que la especie es nuestro nosotros", concluyó.