TUNEZ.- El gobierno islamista de Túnez acordó dimitir el sábado tras las negociaciones con los partidos de la oposición.
Según explicó Bouali Mbarki, vocero del sindicato UGTT, luego de estar varios meses en conversaciones con el gobierno, finalmente llegaron a un acuerdo, el cual establece tres semanas de negociaciones para designar un gabinete interino no partidista.
Desde hace más de dos años, Túnez ha estado en constantes disturbios, que empeoraron en julio pasado por el asesinato de una destacada figura de la oposición.
Hace una semana, el sindicato, que representa a 500 mil trabajadores, indicó que las negociaciones para desempantanar al país habían fracasado.
El sindicato, la oposición, los abogados y activistas en defensa de los derechos humanos señalaron que el gobierno del Partido Ennahda, es incapaz de garantizar la seguridad, y produjo la muerte del líder opositor en junio y otro en febrero.
La muerte de Mohamed Brahmi, baleado frente a su familia el 25 de julio, sumió a Túnez en la presente crisis, mientras decenas de legisladores opositores renunciaron, congelando las gestiones para redactar una nueva Constitución. Las protestas callejeras y la parálisis política tienen estancado al país.
Los manifestantes tunecinos, inspirados por el suicido de un vendedor de fruta, derrocaron en enero el régimen autoritario que gobernó durante décadas. Las protestas se extendieron por el mundo árabe, incluyendo Egipto, Siria y Libia.
La oposición acusó al Partido Ennahda de ser excesivamente tolerante ante el aumento del islamismo extremista que ha mostrado tendencias violentas para fomentar un fervor religioso.
Antes del derrocamiento del dictador en 2011, Túnez era conocido como uno de los países más seculares del mundo árabe.