SANTIAGO.- La mujer que fue muerta a tiros este jueves luego de una persecución policial ocurrida en Washington y que concluyó frente al Capitolio sufría una depresión posparto tras el reciente nacimiento de su hija, según indicaron medios estadounidenses.
Miriam Carey, de 34 años, dentista de Stamford, Connecticut, fue declarada muerta horas después de que concluyó el incidente, que generó alarma en la capital estadounidense y obligó al cierre de la sede del Congreso.
"Ella tenía depresión posparto después de tener su bebé" en agosto pasado, confirmó la madre de la mujer, Idella Carey.
"Unos meses después (del alumbramiento) ella se enfermó y se deprimió mucho, tras lo cual fue hospitalizada", añadió.
La pequeña hija de la víctima, Erica, se encontraba con su madre en el automóvil que quedó bajo los disparos. Fue sacada del vehículo por la polícia, aparentemente sin lesiones.
Sin antecedentes
Idella Carey afirmó que su hija "no tenía antecedentes de violencia" y añadió que no sabe por qué se encontraba en el sitio en el que ocurrió el violento incidente.
Según dijo, supuso que Miriam había llevado a su nieta al médico en Connecticut.
El doctor Steven Oken, su jefe desde hace ocho años, la describió como "una persona no política y que siempre estaba alegre".
"Nunca, ni en un millón de años, habría creído que ella podría hacer algo como esto. Es lo más alejado de cualquier cosa que yo pensaría, especialmente con su bebé dentro del auto. Estoy anonadado", declaró.
El tiroteo generó alarma en la capital estadounidense. Luego de los primeros momentos, las autoridades descartaron que se tratara de un hecho terrorista.
Testigos y usuarios de redes sociales denunciaron que la víctima de la balacera aparentemente no se encontraba armada y no efectuó disparos contra los agentes que intentaron detenerla, después de que embistió una barrera de protección en las cercanías de la Casa Blanca.