BEIJING.- Las autoridades chinas liberaron hoy a la famosa activista china Ni Yulan, paralítica a causa de la brutal paliza policial que recibió en 2002, después de dos años y seis meses encarcelada acusada de "incitar disturbios", informa hoy la ONG "Chinese Human Rights Defenders" (CHRD).
Ni, de 52 años, y su marido, Dong Jiqin, fueron detenidos en abril de 2011 después de haber sido desahuciados de su propia vivienda y obligados a vivir en un hotel por las autoridades, tras lo que comenzaron a ayudar gratis a otras víctimas de expropiaciones y corrupción, casos por los que el matrimonio fue acusado de fraude y de incitar a la violencia.
En abril de 2012 fueron condenados a 24 y 30 meses de cárcel, respectivamente, por "generar peleas, causar disturbios y dañar intencionadamente propiedades privadas y públicas", según la sentencia anunciada por el Tribunal pequinés de Xicheng, en el centro de Beijing.
Según confirma CHRD hoy, Ni fue liberada hoy del centro de detención de Xicheng tras cumplir su condena.
A su salida, Ni confirmó a CHRD encontrarse en mal estado de salud al no haber recibido el necesario tratamiento médico durante su encarcelamiento, según aseguró la directora internacional de la organización, Renee Xia.
"Está muy débil. Sufre dolor de pecho y tiene dificultades para respirar. Sus heridas no han sido adecuadamente tratadas en la cárcel y le llevará mucho tiempo recuperarse", explicó.
Amigos activistas de la famosa abogada han hecho circular una fotografía de Ni al salir de esta cárcel, en la que se la puede ver vestida de chándal y en su habitual silla de ruedas acompañada de otras dos mujeres no identificadas.
Ni y su marido se dieron a conocer precisamente por su defensa de los derechos de las víctimas de desahucios y demoliciones forzosas en ciudades como Beijing, debido a la especulación inmobiliaria y la falta de garantías legales para este tipo de casos.
La abogada también defendió en ocasiones a miembros del grupo Falun Gong, prohibido en China desde hace más de una década pero muy activo en el exterior del país.
Las detenciones de Ni y su marido sucedieron durante una dura campaña de las autoridades comunistas contra la disidencia, por el temor de Beijing a que se contagiaran en el gigante asiático las protestas "jazmín" que entonces se desarrollaban en varios países árabes.
Decenas de disidentes fueron detenidos, aislados o amenazados, especialmente a raíz de que se publicaran en internet llamamientos a celebrar protestas en ciudades como Beijing o Shanghái, una campaña en la que otra destacada víctima fue el contestatario artista Ai Weiwei, quien en su caso afronta un proceso por evasión fiscal.
Durante el proceso de Ni y Dong, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, expresó su preocupación por el caso, y la pareja también recibió apoyo de EE.UU. en forma de una visita del entonces embajador Jon Huntsman, mientras organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional condenaron su detención.
La abogada perdió, además, su licencia para ejercer la profesión, lo que no le impidió continuar su activismo.
Ni, de religión protestante, fue galardonada el 22 de diciembre de 2011 con el Premio Tulipán del Gobierno holandés, por su compromiso con los derechos humanos.
Su activismo le ha supuesto el encarcelamiento en dos ocasiones, en 2002 (cuando recibió la paliza policial que la dejó postrada en una silla de ruedas) y en 2008, durante uno y dos años, respectivamente, por "obstruir la labor de las autoridades" y "dañar la propiedad pública".