En el barco viajaban entre 450 y 500 inmigrantes provenientes en su mayoría de Eritrea.
APLAMPEDUSA.- Las autoridades italianas se planteaban hoy reflotar el barco de inmigrantes que naufragó el jueves cerca de Lampedusa, dejando unos 300 muertos, ya que las labores de rescate fueron suspendidas debido al mal tiempo.
Una fuerte marejada provocada por vientos de fuerza 4 impedía a los buzos continuar la búsqueda de cadáveres, de los que solo pudieron recuperarse 111, en tanto que 155 personas fueron rescatadas.
"Hay una obligación jurídica y moral de recuperar todos los cuerpos. Centenares de familias esperan noticias" de sus allegados, explicó Leonardo Ricci, responsable de la policía de aduanas.
El barco, que partió desde las costas libias con entre 450 y 500 migrantes provenientes en su mayoría de Eritrea, se hundió tras un incendio accidental ocurrido en la madrugada del jueves cerca de la costa de la isla de Lampedusa.
Las autoridades italianas detuvieron al capitán del pesquero clandestino, un tunecino de 35 años que había sido expulsado de Italia en abril.
Una de las posibilidades para continuar con las labores de recuperación de cuerpos sería "reflotar los restos" de la embarcación, indicó el responsable policial, quien apuntó que las próximas inmersiones de los buzos determinarán cómo hacerlo.
Los restos de la embarcación se encuentran a unos 550 metros de la costa, y a unos 40 metros de profundidad.
"Es un horror. Decenas de cuerpos, puede que centenares, están apilados los unos sobre los otros", indicó a la prensa italiana Rocco Canell, un buzo de una escuela privada.
Puede que el balance de la tragedia, el peor drama de la inmigración en Italia desde 1996 (283 muertos), no llegue a conocerse con certeza nunca.
Según Ignazio Gibilaro, otro responsable de la policía aduanera, "cuanto más tiempo pase, menos probabilidades habrá de encontrar los cuerpos que se encuentran en el mar".
Cuatro barcos de pesca acudieron al lugar del naufragio el sábado, donde lanzaron una corona de flores mientras hacían sonar las sirenas. Salvatore Martello, presidente del consorcio de pescadores, negó las acusaciones de que algunos pescadores no socorrieron a los náufragos.
"Un marinero de verdad no deja nunca a nadie en el agua", dijo, recordando que los pescadores de Lampedusa, más cercana del norte de África que de Sicilia, "están acostumbrados a salvar las vidas de los inmigrantes".
Los cuerpos de las víctimas, entre ellos numerosas mujeres y niños, se encuentran en un hangar del aeropuerto, donde se les toma una fotografía para una posterior identificación.
En un gesto inédito, el alcalde de Roma, Ignazio Marino, decidió que los 155 supervivientes serían acogidos en la capital.
Una petición para otorgar el premio Nobel de la Paz a Lampedusa, organizada por el diario L'Espresso, ha recogido ya más de 30.000 firmas.
Roma pidió a la Unión Europea (UE) más ayuda tras la llegada este año de 30.000 inmigrantes, cuatro veces más que en 2012. Junto a otros países del sur de Europa, como Grecia o España, Italia considera que asume una carga muy pesada, y desea más coordinación para vigilar las costas, sobre todo las de Libia y Túnez, de donde parten los barcos clandestinos.
El Primer Ministro francés, Jean-Marc Ayrault, pidió hoy que los responsables europeos traten este tema "juntos y rápido" para "encontrar una respuesta adecuada".
El ministro belga de Relaciones Exteriores, Didier Reynders, consideró en un comunicado que la tragedia de Lampedusa demostró "la necesidad de una política europea de inmigración global", en la que el control de las fronteras externas sea solo uno de sus elementos.
Italia pidió también que la cuestión de la inmigración se trate el próximo martes en un consejo de ministros de Interior europeos en Luxemburgo, según una fuente próxima a la presidencia lituana de la UE.
La alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini, criticó por otra parte una ley adoptada bajo el gobierno de Silvio Berlusconi que castiga duramente la inmigración clandestina.
Según el fiscal Ignazio Fonzo, esta ley complica la investigación del accidente, ya que los rescatados son considerados sospechosos y deben están acompañados por abogados e intérpretes durante su interrogatorio.
La ONG Migreurop, con sede en París, dijo que en veinte años 17.000 migrantes fallecieron al intentar alcanzar las costas de Europa.