GINEBRA/BEIJING.- El historial de China en derechos humanos fue puesto bajo escrutinio internacional formal este martes por primera vez desde que Xi Jinping llegó a la presidencia del país, ocasión en que los países occidentales lo criticaron por arrestar a disidentes y limitar el uso de Internet y los derechos de los tibetanos.
Horas antes del inicio de la sesión del Comité de Derechos Humanos de la ONU, que revisa a todos los miembros de la ONU cada cuatro años en Ginebra, unos activistas tibetanos escalaron por la fachada y desplegaron una pancarta que decía: "China no respeta los derechos humanos en Tíbet - ONU mantente firme por Tíbet".
En Beijing, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, señaló estar dispuesta a trabajar con otros países en derechos humanos siempre que fuera en un espíritu de respeto mutuo.
"Pero firmemente nos oponemos a este tipo de críticas tendenciosas y maliciosas", añadió, refiriéndose a la protesta tibetana.
Durante la sesión en Ginebra, los países occidentales plantearon numerosas objeciones.
China debería levantar permanentemente las restricciones al acceso a las zonas donde viven las minorías para diplomáticos, organizaciones internacionales de derechos humanos y periodistas, según la encargada de negocios de Australia, Ruth Stone.
El embajador alemán, Hanns Schumacher, urgió a China a garantizar la libertad de opinión y expresión, también en Internet, y que siga reformando el sistema penal, en especial que acabe con el sistema de Reeducación por medio del Trabajo.
Schumacher también urgió a China "a reducir aún más el número de delitos que conllevan la pena de muerte, que publique cifras sobre las condenas a muerte y las ejecuciones y que informe un debate público de cara a una moratoria y eventual abolición".
Un diplomático chino en Ginebra dijo que "la decisión de nuestro Gobierno es mantener la pena de muerte pero ejercer un control estricto de su uso".