Una pareja de turistas fotografían la Casa Blanca en Washington, ante la llegada del huracán ''Sandy'', el lunes 29 de octubre de 2012.
EFENUEVA YORK.- Estados Unidos enfrenta aún una enorme tarea para reparar los daños por 60.000 millones de dólares provocados un año atrás por el huracán "Sandy", mientras busca protegerse de una mejor manera de nuevos desastres meteorológicos.
"Sandy", uno de los huracanes más costosos de la historia estadounidense, arrasó la costa este del país afectando a 24 estados, en particular Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut (noreste), con un saldo de más de 200 muertos.
El huracán llegó a Nueva York el 29 de octubre por la noche provocando un daño sin precedentes. El sur de Manhattan quedó sin luz durante una semana y la ciudad, una de las capitales financieras del mundo, se vio paralizada.
El metro quedó inundado, miles de vuelos tuvieron que ser cancelados y al menos 650.000 hogares estuvieron sin energía eléctrica, en algunos casos durante semanas. Hospitales y escuelas también se vieron afectados, así como el suministro de combustible a raíz de los daños en las refinerías.
Ante la magnitud del desastre, el Congreso estadounidense aprobó un paquete de ayuda por 60.000 millones de dólares, pero la burocracia, retrasos y cuestiones vinculadas con los seguros han hecho difícil que ese dinero llegue a las numerosas víctimas.
Si bien la respuesta ha sido en parte muy buena, en algunos segmentos es patética, según Steven Cohen, profesor en práctica de administración pública de la Universidad de Columbia en Nueva York.
"La mejor parte fue la respuesta de emergencia, la protección de la gente y el reestablecimiento del sistema de metro de la ciudad de Nueva York lo más rápido posible", indicó.
"La peor parte ha sido la burocracia y la política que rodea la reconstrucción, el hecho de que llevó meses lograr que el paquete de ayuda fuese aprobado por el Congreso", agregó.
Cohen pidió un aumento de los impuestos, por ejemplo en la gasolina, para crear un fondo que pueda ser utilizado para este tipo de catástrofes naturales, cuya recurrencia es cada vez mayor.