Bloomberg, de 71 años y fanático del trabajo, dice no haberse tomado ni un día de vacaciones desde que dirige a la ciudad más grande de Estados Unidos.
APNUEVA YORK.- En sus oficinas un reloj electrónico marca la cuenta regresiva hasta su partida, prevista para el 31 de diciembre a medianoche, cuando el multimillonario Michael Bloomberg pasará la posta de la alcaldía de Nueva York a su sucesor tras sus 12 años de mandato.
El nombre del nuevo alcalde se conocerá en la noche del martes tras las elecciones municipales pero asumirá su cargo el 1 de enero de 2014, y hasta ese momento, Bloomberg, de 71 años y fanático del trabajo que dice no haberse tomado ni un día de vacaciones desde que dirige a la ciudad más grande de Estados Unidos, parece decidido a no perder ni un minuto.
Según los sondeos, dos tercios de los electores neoyorquinos aspiran a un cambio en la dirección de la Gran Manzana, un papel reservado para el demócrata Bill de Blasio, un político de izquierda que lidera ampliamente las encuestas de cara a los comicios en los que enfrenta al republicano Joe Lhota.
Sin embargo, cuando se les pregunta sobre el balance de la gestión Bloomberg, fundador del grupo financiero del mismo nombre que asumió como alcalde tres meses y medio después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, sólo el 18% de los interrogados afirma que hizo un mal trabajo.
Durante sus tres mandatos, Nueva York se ha transformado profundamente.
De acuerdo con Bloomberg, que adora las estadísticas, la Gran Manzana se volvió, por ejemplo, "la más segura de las grandes ciudades" estadounidenses, con la tasa de asesinatos más baja en 50 años (649 en 2001, 266 hasta el momento este año).
Además, nunca hubo tantos turistas (52 millones en 2012), la esperanza de vida aumentó dos años y medio desde 2002, se han recuperado cientos de hectáreas de espacio verdes, y se siguen construyendo torres de lujo, cada vez más altas y más caras, para los millonarios.
Pero más allá de esto, se le cuestionan también muchas cosas.
Algunos neoyorquinos siguen enojados todavía con Bloomberg, un republicano que se convirtió en independiente y apoya a los demócratas en muchas cuestiones, por haber cambiado la ley para poder presentarse a un tercer mandato en 2009.
Otros le reprochan su autoritarismo en términos de salud pública, desde su cruzada contra el tabaco lanzada en 2002 hasta su actual intención de prohibir las sodas gigantes.
El candidato demócrata Bill de Blasio denuncia de su lado la desigualdades que se han agrandado, con ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres, y lo acusa sobre todo se haber gobernado para esa acomodada minoría en una ciudad con 50.900 sin techo, de los cuales 21.300 niños.
Michael Bloomberg, que pilota su helicóptero y a quien le gusta pasar los fines de semanas en una de sus residencias secundarias en las Bermudas, critica con frialdad esta "retórica de campaña" según la cual no habría hecho suficiente por los menos favorecidos.
Es más, afirma que si pudiese traería a Nueva York a todos los multimillonarios porque "es de ellos que salen los ingresos para ocuparse de los otros".
Primeras vacaciones en 12 años
"¿Quién paga los impuestos? Los ricos", pregunta y responde Bloomberg, subrayando que la ciudad gasta por año unos 22.000 dólares por alumno, un récord en Estados Unidos.
"Hemos creado unos 300.000 empleos" para los menos favorecidos, agrega.
Filántropo de larga data, dueño de una fortuna estimada en 31.000 millones de dólares, Bloomberg pretende dedicar esa dinero a causas como la lucha contra las armas de fuego, la inmigración, la innovación y la salud pública.
Además, ya no quiere trabajar 24 horas diarias los siete días de la semana ni tampoco se imagina volviendo a su empresa Bloomberg LP.
Pero prevé también seguir luchando contra el cambio climático, otro de sus temas favoritos.
"Estas cosas llevarán a otras", confió recientemente a la revista Forbes, citando dos ejemplos de lo que es a su entender una transición exitosa: las del expresidente estadounidense Bill Clinton y el cofundador Microsoft Bill Gates, ambos al frente de dos poderosas fundaciones que trabajan por el desarrollo.
Pero a pesar de todo esto, el 2 de enero este hombre super disciplinado partirá algunos días a Hawai y Nueva Zelanda para jugar al golf, sus primeras vacaciones en 12 años.