ADÍS ADEBA/KINSHASA.- Después de un año y medio de duros combates, el Ejército de la República Democrática del Congo consiguió derrotar de forma definitiva a las milicias rebeldes del grupo M23, que admitieron su derrota y depusieron las armas.
"Hemos decidido acabar con nuestra rebelión y seguir buscando una solución solamente a nivel político", señaló hoy un comunicado firmado por el presidente del grupo, Bertrand Bisimwa.
Más de 100.000 personas tuvieron que huir por el conflicto en el este del país, una zona muy rica en materias primas.
Tras una ofensiva militar en las colinas de Runyonyo y Chanzu, los rebeldes se replegaron hacia un lugar desconocido, aseguró el portavoz del Ejército congoleño Olivier Hamuli. Antes de huir, los miembros del M23 prendieron fuego el equipamiento, los automóviles y las municiones que había en el lugar.
El lunes los rebeldes habían atacado varias zonas cerca de la ciudad de Bunagana. Bisimwa había declarado previamente un cese del fuego y había instado a sus hombres a "suspender todos los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad de la República Democrática del Congo".
Ambas partes quieren volver ahora a la mesa de negociaciones para hallar una salida pacífica al conflicto.
De todos modos, el Ejército tiene previsto seguir combatiendo a otros grupos rebeldes que se encuentran activos en la zona y que para el gobierno representan un peligro para la estabilidad del país.
El estadounidense Jason Stearns, experto en RD Congo, habló en su blog de una derrota "histórica" del M23, y apuntó que esta es la primera vez que el gobierno congoleño se impone a un grupo rebelde de esta fortaleza.
Desde la formación del M23, en abril de 2012, los enfrentamientos con las tropas del gobierno generaron una masiva huida de la población. La mayoría de los congoleños se refugiaron en la vecina Uganda.
En los últimos días unas 10.000 personas cruzaron la frontera, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). "La mayoría -un 60 por ciento- son pequeños niños, que fueron separados de sus padres en la huida", declaró el portavoz de la ACNUR Adrian Edwards en Ginebra.
La milicia se llama M23 por el 23 de marzo de 2009, fecha en la que se negoció un acuerdo de paz con el gobierno en Kinshasa. Los rebeldes, que pertenecen en su mayor parte a la etnia tutsi, acusan al gobierno de no haber respetado lo que prometieron en ese entonces.
Desde febrero, las Naciones Unidas y los líderes africanos urgían al movimiento a poner fin a la rebelión y firmar un acuerdo de paz con el gobierno del presidente Joseph Kabila.