AUSTIN.- Un ex fiscal que fue encontrado responsable de acusar a un inocente, quien debió permanecer injustamente 25 años tras las rejas, recibió una pena de apenas 10 días de prisión en Texas.
Ken Anderson, que fue fiscal de distrito en el condado de Williamson, al norte de Austin, intervino decisivamente en la condena de Michael Morton, en 1987, por uno homicidio que no cometió.
El ex funcionario también perderá su licencia para ejercer la abogacía, pagará una multa y cumplirá servicios sociales en los próximos cinco años.
El juez Kelly Moore, a cargo del caso, culpó al ex fiscal de manipular pruebas y de asegurar al magistrado durante el juicio de 1987 no tener ninguna evidencia favorable a la defensa del acusado.
Morton acabó así erróneamente culpado del brutal asesinato de su mujer. Tras un cuarto de siglo en la cárcel, una prueba de ADN efectuada en 2011 demostró que el crimen lo había cometido otro hombre.
"Hoy es un buen día", dijo hoy Morton después de la audiencia. "Dije que lo único que quería, como punto de partida, era sentar a Ken Anderson en el banquillo y que no ejerciera más la abogacía; y ambas cosas han sucedido y más aún".
Pruebas ocultas
Anderson fue acusado de ocultar dos pruebas básicas en la defensa de Morton: una transcripción de la conversación policial de la madre de la asesinada, en la que aseguraba que el hijo de la familia, de 3 años, que presenció la muerte, negó que el marido estuviera en casa y describió al asesino como un monstruo.
La segunda es un informe policial sobre un conductor desconocido que había circulado varias veces por la zona en la que residía la pareja.
La entidad Innocence Project, dedicada a casos de condenas erróneas, afirmó que se iniciará una revisión de todos los casos en los que Anderson intervino como fiscal.