GINEBRA.- Las agencias humanitarias de la ONU cifraron hoy en 13 millones el número de afectados por el paso del tifón Haiyan en Filipinas, y en cuatro millones el de personas desplazadas internas, de las que sólo el 10% se encuentran en centros de evacuación.
"Más de 392.000 personas están viviendo en los 1.587 centros de evacuación que se han creado, concentrados sobre todo en la zona de Visayas", indicó hoy en Ginebra el portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Jens Laerke.
Además, han sufrido graves daños cerca de 1,1 millones de hogares, de los cuales la mitad están completamente destruidos.
Según los datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), la gran mayoría de los desplazados internos proceden del área de Tacloban, una de las más afectadas por el tifón, y muchos de ellos han huido a zonas lejanas como Cebu y Manila.
"Poco después del tifón, mucha gente abandonó la zona afectada por mar y aire y los aviones que reparten ayuda humanitaria desde Cebu a Tacloban regresan cada día con personas desplazadas", precisó el portavoz de ACNUR, Adrian Edwards.
ACNUR ha creado un equipo que trabaja en los alrededores el aeropuerto de Tacloban para recopilar información sobre las necesidades de las personas desplazadas.
Ayer, varios de estos equipos fueron también desplegados en Ormoc, al oeste de la isla de Leyte, y en Guiuan, al este de Samar, donde el tifón tocó tierra en un primer momento.
ACNUR continúa enviando ayuda humanitaria por avión a las zonas afectadas, ya que en los próximos días aterrizarán en el aeropuerto de Cebu nueve aviones cargados con 10.000 tiendas, 112.000 mantas, 66.000 lonas de plástico, 9.000 linternas solares y otros suministros con los que se espera cubrir las necesidades de 100.000 personas.
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), del total de afectados más de cinco millones son niños, en riesgo de malnutrición y vulnerables no sólo a brotes de enfermedades -ya hay casos de diarrea aguda entre menores-, sino también a violaciones y abusos.
En total, en torno a 1,7 millones de niños son desplazados internos y, desde UNICEF, indicaron que han recibido informes de casos de niños solos, separados de sus familias, en las ciudades de Tacloban y Ormoc.
Para prevenir más casos de diarrea y la transmisión de enfermedades, esta agencia de la ONU se ha ocupado de facilitar el acceso a agua potable y saneamiento a unas 200.000 personas en Tacloban y a 49.000 en Cebu y Capiz.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desplegado hasta 22 equipos médicos en las tres regiones del país, y otros doce están listos para comenzar a trabajar en cuanto sean requeridos.
"Todavía hay gente en las zonas afectadas que necesita atención médica por heridas, especialmente en las áreas de acceso difícil a las que estamos empezando a entrar ahora", señalaron desde la OMS.
De los 301 millones de dólares que según la ONU son necesarios para responder a esta catástrofe, por el momento se ha logrado el 28,8%.
De acuerdo a las últimas cifras oficiales difundidas por el Gobierno filipino, el fenómeno causó la muerte de casi 4.000 personas.