AFP
WASHINGTON.- Los homenajes oficiales por el 50 aniversario del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy el 22 noviembre de 1963 arrancaron hoy oficialmente con una ofrenda floral ante su tumba depositada por dos de sus sucesores demócratas en la Casa Blanca, Barack Obama y Bill Clinton.
El actual mandatario y Clinton (1993-2001) acudieron con sus esposas al cementerio militar de Arlington, justo en las afueras de Washington, donde Kennedy reposa en una sobria tumba junto a su también fallecida esposa Jacqueline.
En una mañana fría pero soleada, los Obama y los Clinton se desplazaron juntos hasta el cementerio acompañados también de varios miembros de la extensa familia Kennedy. Sólo faltaba un miembro destacado de la saga y único familiar directo aún en vida, la hija de Kennedy Caroline, quien acaba de asumir su puesto como embajadora de Estados Unidos en Japón.
Las dos parejas presidenciales ayudaron a depositar una corona de flores ante la tumba de Kennedy, donde guardaron silencio ceremoniosamente mientras se entonaba la tradicional melodía fúnebre militar estadounidense "Taps", que también sonó durante su funeral medio siglo atrás.
La tumba de Kennedy es un sobrio lugar de peregrinaje para miles de estadounidenses que cada año acuden a recordar al asesinado mandatario. Una sencilla placa recuerda quién descansa en este lugar, acompañado de su esposa y de los dos bebés malogrados de la pareja.
En el conjunto fúnebre predomina una pequeña "llama eterna" inspirada por deseo de Jacqueline Kennedy en la que honra al Soldado Desconocido en París, rodeada de piedras irregulares de granito de Cape Cod, Massachusetts, donde se encuentra la histórica residencia familiar de los Kennedy, y que fueron escogidas personalmente por los miembros de su familia.
Tras la breve ceremonia, los Obama y los Clinton charlaron animadamente con los familiares de los Kennedy presentes, antes de abandonar juntos de nuevo el cementerio rumbo a la Casa Blanca.