SEÚL.- Corea del Sur exigió a China que modifique el trazado de su nueva zona de defensa aérea durante una reunión celebrada hoy en Seúl entre altos representantes de Defensa de ambos países, pero Beijing rechazó la petición.
El viceministro de Defensa surcoreano, Baek Seung Joo, y el subjefe del Estado Mayor General del Ejército de China, Wang Guanzhong, participaron hoy en la capital surcoreana en el Diálogo Anual de Defensa entre ambos países, marcado por la polémica en torno al área establecida unilateralmente por el gigante asiático.
Baek exigió a su homólogo que modifique la nueva zona de defensa aérea, ya que se solapa con la de Corea del Sur y cubre además la isla sumergida de Ieodo, bajo control de Seúl.
Sin embargo, "la respuesta de China fue que ha decidido no aceptar la petición", aseguró tras la cita un portavoz del Ministerio de Defensa de Seúl, sin ofrecer más detalles.
El representante surcoreano argumentó que no puede reconocer la nueva zona porque Beijing la trazó de manera unilateral sin consultar a Seúl.
China divulgó el sábado el nuevo trazado de su área de identificación de defensa aérea (ADIZ) en el Mar de China Oriental, que se solapa con zonas que Seúl mantiene actualmente bajo su control, como el islote sumergido de Ieodo, unos 150 kilómetros al suroeste de la isla de Jeju.
Como respuesta, el Ministerio de Exteriores surcoreano convocó esta semana al ministro consejero de la Embajada china en Seúl, mientras el canciller Yun Byung-se advirtió de que la creación de la nueva zona aérea de defensa china puede agravar los conflictos ya existentes en la región.
De momento, tanto Corea del Sur como Japón mantienen la postura de no reconocer la ADIZ trazada por China y el lunes dos bombarderos B-52 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos sobrevolaron la zona en una maniobra rutinaria sin previo aviso a Pekín.
El trazado de la zona de defensa aérea, que podría deteriorar los lazos de China con sus vecinos del noreste de Asia, ha generado una polémica aún más fuerte con Japón, ya que Pekín ha incluido las disputadas islas Senkaku/Diaoyu, cuya soberanía reclama aunque están administradas de facto por Tokio.