El Cape Ray, barco en el que serían destruidas las armas químicas sirias.
El Mercurio (archivo)
WASHINGTON.- El Pentágono empezó a equipar el buque "MV Cape Ray" con el material necesario para destruir a bordo una parte del arsenal químico sirio, afirmó el lunes un portavoz del Pentágono.
"Estamos preparando el 'Cape Ray'", confirmó el coronel Steven Warren, dos días después de que la Organización para la prohibición de armas químicas (OIAC) anunciara operativos de neutralización de armas químicas sirias en alta mar por parte de un buque estadounidense.
"El departamento de la Defensa no quedó encargado de ninguna misión" hasta el momento, destacó no obstante el coronel Warren. "Pero nos preparamos para el caso en que se nos pida destruir armas químicas sirias".
El "MV Cape Ray", un buque de 200 metros de largo, está actualmente en la base naval de Norfolk, Virginia, y es parte de los 46 buques de la flota de reserva, preparada para quedar operativa en pocos días.
Están equipando el buque con un sistema de hidrólisis desplegable (FDHS), una suerte de fábrica portátil que permite la descomposición química de una sustancia mediante agua, para que se formen nuevas moléculas.
Las armas sirias más peligrosas deberán ser transportadas fuera de Siria antes del 31 de diciembre, luego de un acuerdo del consejo ejecutivo de la OIAC alcanzado a mediados de noviembre.
Según la jefa de la misión conjunta ONU-OIAC en Siria, Sigrid Kaag, "los agentes químicos aislados llegarán desde varias partes a Lattaquié (sobre la costa siria), y luego serán transportados sobre buques pertenecientes a otros países miembros que los llevarán a bordo del buque estadounidense". El navío "no atracará en aguas sirias", aclaró.
Luego de este procedimiento de hidrólisis, "lo que queda va a ser destruido en varios países por empresas que pueden tratar comercialmente los desechos que quedarán", según Kaag.
Pese al consenso sobre la destrucción del arsenal químico sirio fuera del país en guerra, ninguna nación había aceptado que se llevara a cabo en su suelo. Albania, entre otros, rechazó esta posibilidad y Bélgica había declarado no estar a favor.