NAIROBI.- El representante especial de la ONU para Somalia, Nicholas Kay, advirtió hoy de que los ataques violentos de clanes rivales registrados recientemente en varias regiones de Somalia amenazan el progreso del país hacia la paz y la estabilidad.
Kay condenó, en un comunicado, los actos violentos ocurridos en torno a Jowhar, capital provincial del Shabelle Medio (norte de Mogadiscio); Beledweyne, capital de la región de Hiraan (noroeste de Mogadiscio); y en la provincia de la Baja Shabelle.
El representante de la ONU se mostró preocupado por los derechos de miles de ciudadanos en zonas de producción agraria y ganadera en estas regiones.
Varias milicias han forzando la evacuación de granjeros y pequeños propietarios en estas áreas productivas, pertenecientes a comunidades o clanes inferiores en número a los de los atacantes.
En los enfrentamientos se han producido muertes, heridos, desplazados y la destrucción de propiedades y cultivos.
"El Gobierno federal de Somalia debe tomarse en serio estos incidentes. Las Fuerzas de Seguridad somalíes deben reforzar la ley y el orden. Ancianos y líderes deben encontrar soluciones pacíficas", aseveró Kay.
El representante de la ONU emplazó también al Ejecutivo somalí a investigar lo ocurrido.
"Aquellos que han vulnerado la ley deben enfrentarse a la justicia. El Gobierno debe proteger también la tierra y los medios de vida de los ocupantes legítimos de esas tierras", puntualizó.
Kay valoró la preocupación expresada por el presidente somalí, Hassan Sheikh Mohamud, y los esfuerzos que se están desarrollando para resolver estas disputas.
Sin una respuesta decisiva, "estos incidentes podrían provocar una reacción que podría degenerar en una nueva y más grave ronda de conflictos locales", advirtió finalmente.
Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra y bandas de delincuentes armados.