El Presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta.
APNAIROBI.- El Presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ordenó hoy a las Fuerzas de Defensa nacionales iniciar la evacuación de 1.600 kenianos atrapados en Sudán del Sur, informó el portavoz de la Presidencia, Manoah Esipisu.
Los kenianos se encuentran principalmente en la ciudad de Bor, capital del estado de Jonglei, escenario desde ayer de combates entre el ejército y los disidentes.
También hay ciudadanos en las localidades de Rumbek, Ayod y Panyabol, de donde serán trasladados en aviones, precisó Esipisu en un comunicado.
Kenyatta, quien también es comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Kenia (KDF), ordenó asimismo el reparto de comida, agua y medicinas al país vecino, con el que limita en su extremo noroeste. La distribución de esta ayuda de emergencia comenzó esta mañana.
"Seguimos comprometidos con el Gobierno de Sudán del Sur, como cualquier buen vecino haría y esperamos que se restablezca la normalidad tan pronto como sea posible", recoge el texto.
Kenia, principal potencia del Este de África, responde así a los "graves desafíos que amenazan el estado más joven de África", al que considera un socio "estable" en el proyecto común de mejorar las infraestructuras en la región.
Una delegación de la organización regional Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD, en su siglas en inglés) está mediando en el conflicto, que desde el pasado domingo ha ocasionado centenares de muertos.
Forman parte de la misión altos cargos de Etiopía, Kenia, Uganda, Sudán, Somalia y Yibuti, quienes ya han comenzado la mediación entre las partes involucradas, aseguraron desde la Presidencia keniana.
Sudán del Sur se independizó de Sudán en julio de 2011, pero desde entonces ha reinado la inestabilidad y las rivalidades internas, que desembocaron esta semana en el intento de golpe de Estado.
En estos días se ha producido, además, una escalada de la violencia étnica entre las tribus Dinka, a la que pertenece Kir, y Lou Nuer, de la que es miembro el exvicepresidente Riak Mashar, que ha afectado incluso a sedes de la ONU.
La base de la misión de Naciones Unidas para Sudán del Sur (UNMISS) en Akobo, en el estado de Jonglei, fue atacada por rebeldes Lou Nuer hace dos días, lo que causó la muerte de dos cascos azules indios y de veinte civiles del clan Dinka que se habían refugiado en el lugar.
Los rebeldes han avanzado en Jonglei, cuya capital, Bor, tomaron el miércoles por la noche, y en el estado de Unidad, donde la situación todavía es confusa y se desconoce qué bando controla la capital, Bentiu, y algunos yacimientos petroleros.