BRUSELAS.- Los líderes de la Unión Europea (UE) expresaron su "preocupación" por la situación en Ucrania y lamentaron que la presión de Rusia a ese país deteriorara las relaciones con el bloque.
"Las presiones sobre ciertos países implicados en nuestra asociación oriental se agregan cualitativamente a la lista de diferendos" entre la Unión Europea y Rusia, señaló el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, agregando que "los líderes europeos están muy preocupados" por la situación en Ucrania.
La UE había negociado un acuerdo de asociación con Ucrania que debía ser firmado a fines de noviembre, pero la presión de Rusia obligó a Kiev a abandonar su acercamiento a Occidente.
Esto provocó masivas manifestaciones y sumió al país en una crisis política.
Este viernes los líderes europeos dejaron la puerta abierta a Kiev para firmar un acuerdo "a más tardar en agosto de 2014", una manera de tranquilizar los ánimos, pero expresaron claramente que Moscú debe dejar de ejercer presiones sobre sus vecinos.
En su declaración final, los líderes enfatizaron "el derecho de todos los Estados soberanos a ejercer sus decisiones sobre política exterior sin presiones externas".
"Tenemos sólidos vínculos económicos y energéticos" y "Rusia es indispensable para hallar soluciones sobre temas internacionales clave, como Irán o Siria", reconoció Van Rompuy, pero "no esquivaremos este problema" en la próxima cumbre UE-Rusia prevista en Bruselas a fines de enero.
"Hablaremos de manera franca y abierta" con el presidente ruso Vladimir Putin, agregó el dirigente europeo, que canalizó así el cambio de tono de la UE.
El primer ministro británico David Cameron, la canciller alemana Angela Merkel y el mandatario francés François Hollande se expresaron en el mismo sentido.
En las conclusiones de la cumbre, el Consejo Europeo "hace un llamamiento por una solución pacífica de la crisis (...) que satisfaga las aspiraciones del pueblo ucraniano".
Pero si bien reafirmaron que estaban dispuestos a firmar un acuerdo de asociación con Ucrania, los dirigentes europeos dejaron en evidencia su exasperación con el gobierno ucraniano.
"Europa está abierta al pueblo ucraniano pero no necesariamente a este gobierno", había dicho al llegar a la cumbre la presidenta lituana Dalia Grybauskaite.
Respaldado por Vladimir Putin, el presidente ucraniano Viktor Yanukovitch advirtió el miércoles a los occidentales contra toda "injerencia" en la crisis política en Ucrania, donde la oposición manifiesta contra el gobierno desde hace casi un mes.
Esta semana el presidente Vladimir Putin puso sobre la mesa 15.000 millones de dólares para Ucrania, sin condiciones. Los europeos ofrecían a Kiev una ayuda para negociar un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), sujeto a reformas en el país, y, a diferencia de Moscú, destacaban la importancia de un acuerdo "a largo plazo (...), sobre un proyecto democrático, de prosperidad y de estabilidad".
Limitado apoyo a Francia en África
Los líderes europeos felicitaron por otra parte la iniciativa de Francia de intervenir militarmente en la República Centroafricana.
"Permitió evitar el desastre de una guerra civil e incluso un genocidio", señaló al respecto Van Rompuy.
François Hollande esperaba obtener de sus colegas un compromiso con la intervención de las tropas francesas en África, bajo la forma de una participación militar o financiera.
El mandatario francés indicó al terminar la cumbre que "obtuvo" de sus colegas que se tomara una decisión "en enero" sobre una misión europea.
"No pido que haya tropas para las acciones militares (...). Lo que necesitamos es una presencia sobre puntos precisos: la protección del aeropuerto, el apoyo sanitario", agregó en una conferencia de prensa.
"Esta crisis muestra nuevamente la importancia para los países europeos de disponer de capacidades de reacción y medios de coordinación apropiados", señaló Van Rompuy, quien añadió que se comisionó a la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, a que presentara en enero "opciones para contribuir a la estabilidad del país".
En total, 1.600 soldados franceses dan apoyo a las tropas africanas de la MISCA (3.200 hombres) para restablecer el orden y la seguridad y desarmar a las milicias en la República Centroafricana desde principios de diciembre.
Este país está sumido en el caos desde que en marzo una coalición rebelde de mayoría musulmana, los Seleka, derrocaron al presidente François Bozizé. La violencia tomó un cariz confesional entre cristianos (el 80% de la población) y musulmanes.
Los jefes de Estado y de gobierno de la UE comenzaron el jueves una cumbre, la última del año, en la que se pronunciaron a favor de una serie de medidas para reforzar la cooperación y la integración en el sector de la industria de la defensa en momentos en que domina la doctrina de ajuste y austeridad.
Esta era la primera cumbre desde 2008, cuando estalló la crisis financiera, dedicada a temas de defensa.
Aprobaron asimismo entre otros temas el último pilar de la unión bancaria, un mecanismo de resolución que junto a la supervisión de los bancos y a la garantía a los depósitos tiene por objetivo evitar nuevas crisis financieras y que, si suceden, no repercutan en la deuda pública y por ende en el bolsillo del contribuyente.