EL CAIRO.- Egipto celebra la segunda y última jornada del referéndum sobre la nueva Constitución, marcado por el boicot de los Hermanos Musulmanes y sus protestas, que ayer derivaron en disturbios que causaron al menos nueve muertos.
Efectivos de la Policía y el Ejército protegen los más de 30.000 colegios electorales habilitados en todo el país, para garantizar la seguridad de los votantes entre temores a nuevos conatos de violencia.
Más de 52 millones de egipcios tienen derecho a voto para refrendar la Carta Magna, que enmienda la redactada por los islamistas en 2012 y que fue suspendida por los militares en julio pasado tras derrocar al presidente elegido en las urnas Mohamed Mursi.
La consulta ha adquirido un cariz plebiscitario hacia la hoja de ruta para el periodo transitorio trazada por los militares y hacia la figura del jefe del Ejército, Abdel Fatah al Sisi.
Es más que probable el triunfo aplastante del "sí" en el referéndum, debido a los débiles llamamientos a rechazar el texto y al boicot de los principales detractores.
La nueva Constitución rebaja el tono islamista de la anterior y refuerza el papel del Ejército, que podrá designar al ministro de Defensa durante los próximos ocho años.
Los Hermanos Musulmanes y otros grupos afines convocaron manifestaciones coincidiendo con el plebiscito, que ayer fueron reprimidas por la policía.
Como consecuencia de los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, cuatro personas perdieron la vida en la ciudad de Sohag , cuatro en la provincia de Guiza (vecina a la capital) y uno en la localidad de Beni Suef.
A estos sucesos se sumó la explosión de una bomba junto a un tribunal en el barrio cairota de Imbaba y el ataque contra un centro electoral en la localidad de Kerdasa, en el sur de la capital.