ROMA.- Italia está horrorizada tras el descubrimiento de tres cadáveres carbonizados en el interior de un vehículo, entre ellos el de un niño de tres años, en el que los investigadores explicaron que puede ser un ajuste de cuentas entre los miembros de la Ndrangueta, la peligrosa mafia de Calabria.
El asesinato de un niño de tres años, "en un nuevo acto bárbaro que nos horroriza, es la enésima demostración de que las organizaciones mafiosas no ahorran la vida de los más débiles o indefensos", explicó hoy la eurodiputada italiana y presidente de la comisión antimafia europea, Sonia Alfano.
La eurodiputada pidió al ministro del Interior italiano, Angelino Alfano, que convoque una reunión con los investigadores y fuerzas del orden de Cosenza para tomar medidas urgentes ante el recrudecimiento de la violencia de la Ndrangheta.
Familiares habían denunciado hace algunos días la desaparición de Giuseppe Iannicelli, de 52 años y con antecedentes penales por tráfico de droga, su actual compañera sentimental, Ibtissam Touss, marroquí de 27 años, y el nieto del hombre, Nicola, de tres.
Un campesino encontró ayer en un campo de Cassano allo Jonio, en Cosenza (Calabria) el coche donde fueron asesinados y después quemados, según la primera reconstrucción de los investigadores.
Las primeras pesquisas indican de que se trata de un ajuste de cuentas entre los miembros de la Ndranghetta y que Iannicelli había quedado con sus asesinos para tratar algún asunto en este lugar apartado.
Las venganzas mafiosas son cotidianas en Italia, pero el asesinato de un niño indefenso ha conmocionado al país y ha recordado como el crimen organizado no tiene piedad.
Italia ha rememorado hoy a Giuseppe Di Matteo, de 12 años, secuestrado en 1996 y asesinado y disuelto su cadáver en ácido clorhídrico sólo porque su padre, es miembro de Cosa Nostra (la mafia siciliana) había accedido a colaborar con la Justicia.
O Domenico Gabriele, de 11 años, que murió en 2009 en Crotone mientras jugaba al fútbol con sus amigos, víctima de un tiroteo entre miembros de la Ndrangheta, así como Claudio Domino, de 10 años, a quien Cosa Nostra disparó en la cabeza en 1986 como venganza contra su familia.