Opositores ucranianos frenan el avance de la policía con una barrera de fuego

KIEV.- Miles de manifestantes ucranianos frenaban durante esta madrugada el avance de efectivos antidisturbios en el centro de Kiev con una imponente barrera de fuego, mientras siguen las protestas contra el gobierno que se prolongan durante meses.

Los activistas alimentan la enorme barricada con trozos de madera, neumáticos y restos de autobuses quemados, con el fin de interponerla en el paso de las unidades antimotines de la policía.

Los enfrentamientos, que han dejado al menos cinco muertos, según recuentos de la oposición al gobierno del Presidente Víktor Yanukóvich, estallaron con fuerza el domingo y siguen a los dos meses de protestas por la decisión del Ejecutivo ucraniano de suspender la firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE).

"No tenemos miedo a los Berkut (efectivos andisturbios). Esto es una revolución. Resistiremos hasta el final, pero no somos unos fascistas como dice el Gobierno. Queremos una vida normal, con trabajo e hijos y no una dictadura", señaló Vladímir, un obrero de la construcción.

Vladímir, oriundo del Este de Ucrania, es uno de los luchadores callejeros ataviados con escudos y palos que se encuentran en la línea de frente en la que se han convertido las inmediaciones del legendario estadio Valeri Lobanovski del Dinamo de Kiev.

Los opositores, en su mayoría jóvenes, lanzan bombas mólotov, adoquines y piedras con la ayuda de ondas a los agentes antidisturbios apostados al otro lado de las llamas y protegidos por la oscuridad de la noche.

Las bajas temperaturas que reinan en Kiev, que rondan los 10 grados bajo cero, no arredraron a los manifestantes que llenaron de nuevo varias calles de la histórica ciudad.

Algunos de los participantes en las acciones pidieron la ayuda de Occidente, incluso militar, ya que temen que las autoridades recurran pronto masivamente a la fuerza para poner fin a las protestas.

La policía intenta en vano apagar el fuego con la ayuda del continuo chorro de agua que se despliega de una manguera de un camión de agua, pero aún así los manifestantes no dejan de alimentar las llamas con toda clase de objetos inflamables.

"No puedo participar en las protestas, pero los comprendo. No puedo condenarlos, porque su causa es justa. Rezo por ellos", señaló Pável, un sacerdote católico.

En su opinión, la culpa del nuevo estallido de violencia la tiene el Gobierno por aprobar a escondidas en el Parlamento un paquete de leyes que coartan la libertad de expresión y reunión, lo que ha sido condenado por Occidente.

"Las protestas fueron una fiesta durante dos meses hasta que el Gobierno decidió convertir el país en un Estado policial", dijo.

Tras una reunión con Yanukóvich, dirigentes opositores encabezaron una manifestación durante la noche en la plaza de la Independencia, ante más de 50.000 partidarios.

La oposición ucraniana creó un Parlamento Popular alternativo a la Rada Suprema (Legislativo) y dio 24 horas de plazo al Gobierno para atender sus demandas, entre las que figura la convocatoria de elecciones anticipadas.

Luchar hasta el final

El líder del partido UDAR Vitali Klitschkó, animó a los trabajadores ucranianos a organizar una huede advertencia a partir del mediodía del jueves para obligar al Gobierno a hacer concesiones.

"Si hay que pelear, pelearé, si hay que marchar bajo las balas, marcharé bajo las balas", proclamó.

Yanukóvich emplazó a los opositores a reunirse de nuevo el jueves cuando el primer ministro, Nikolái Azárov, cuya dimisión es demandada insistentemente por la oposición, regrese del Foro de Davos.

Mientras, miles de partidarios del oficialista Partido de las Regiones se concentraron hoy frente a la sede de la Embajada de EEUU para protestar por su decisión de revocar el visado de varios altos funcionarios ucranianos por la dispersión violenta de las protestas.