Reuters
SEÚL.- Representantes de alto rango de los gobiernos de Corea del Norte y del Sur finalizaron hoy sin resultados concretos las primeras conversaciones de este tipo en siete años, para buscar vías que mejoren sus relaciones bilaterales.
Tras el encuentro que se realizó en la localidad fronteriza de Panmunjom, el Ministerio de Unificación en Seúl informó que Pyongyang exigió que Corea del Sur renuncie a sus maniobras conjuntas con fuerzas de Estados Unidos, previstas para la próxima primavera (boreal).
Las prácticas militares debían comenzar después de los encuentros previstos entre parientes separados por la frontera.
No obstante, Corea del Sur rechazó la exigencia. "Las cuestiones militares no pueden mezclarse con los proyectos humanitarios", afirmó la delegación de ese país.
Seúl había anunciado previamente que quería asegurarse que el primer encuentro entre familias después de tres años se iba a realizar entre en 20 y el 25 de febrero.
En septiembre, el régimen comunista canceló a último momento el encuentro entre familiares separados. Las maniobras militares conjuntas comienzan el 24 de febrero.
Piden "control" de la prensa
Asímismo, una portavoz de Ministerio apuntó que Pyongyang condenó que los medios sudcoreanos informen de manera crítica sobre Corea del Norte y exigió a Seúl que controle a la prensa.
El jefe de la delegación surcoreana y director del secretariado del Consejo de Seguridad Nacional, Kim Kyou-hyun, rechazó esta exigencia y la calificó como inaceptable.
La reunión se produjo tras una propuesta de Pyongyang para dar pasos hacia la distensión entre ambos países. Corea del Norte propuso las conversaciones "sobre asuntos coreanos generales" sin nombrar temas concretos.
Pyongyang envió al vicedirector del departamento responsable de cuestiones intercoreanas del Partido de los Trabajadores, Won Dong-yon.
La portavoz del Ministerio se refirió también a "diferencias sobre diversos temas" en los que ambas partes querían centrar las conversaciones. Seúl espera avances especialmente en proyectos humanitarios.
El régimen de Corea del Norte había hecho hace poco propuestas de reconciliación, pidiendo que las partes dejaran de lado la provocación, tras el aumento de las tensiones a raíz del tercer test nuclear norcoreano en febrero del año pasado.
Seúl reaccionó con escepticismo y volvió a pedir pasos para el desmantelamiento del programa nuclear de su vecino del norte.